WASHINGTON.- Las acusaciones de Venezuela sobre la supuesta intervención de Estados Unidos en sus asuntos internos son "risibles" y nadie en Latinoamérica les da crédito, señaló hoy un destacado colaborador del presidente estadounidense, Barack Obama.
"A menudo (el Presidente Nicolás Maduro) acusa a Estados Unidos de estar detrás de los retos que enfrenta. No creo que nadie en la región se crea eso", declaró el asesor adjunto de Seguridad Nacional de Obama, Ben Rhodes, en una conferencia de prensa.
"Creo que es risible y que no puede servir como excusa para sus propios problemas domésticos", agregó.
El Gobierno chavista ha acusado a Washington de estar detrás de diversos complots contra su país. La semana pasada afirmó que el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, estuvo detrás de un plan para provocar la caída de Maduro.
El asesor de Obama consideró que la estrategia del Gobierno de Maduro "claramente no está funcionando", porque Venezuela "enfrenta retos económicos significativos y la oposición notable de un pueblo frustrado por unas políticas que no han llevado a la prosperidad y que han reprimido a una sociedad civil vibrante".
Rhodes instó al Gobierno venezolano a avanzar hacia un modelo de país "coherente con la Carta (Democrática) Interamericana", donde haya "elecciones libres y justas, una sociedad civil a la que se le permita florecer" y libertad de expresión.
Fin de política "fallida" hacia Cuba
El funcionario también se refirió a las conversaciones para la normalización de relaciones entre EEUU y Cuba. En este plano, reconoció que para la Casa Blanca supone una gran ventaja haberse liberado del efecto "irritante" que provocaba en su relación con Latinoamérica el hecho de mantener una política "fallida" hacia el Gobierno cubano.
"Cada Cumbre de las Américas pasábamos mucho tiempo debatiendo sobre nuestra política hacia Cuba, y ése es un tiempo que no empleábamos hablando de otras cosas", recordó Rhodes.
El proceso de normalización de relaciones con Cuba puede, por tanto, dar más "espacio" y aliento a otras prioridades de EE.UU. en el continente, como "la seguridad ciudadana en Centroamérica, las energías limpias, un enfoque regional sobre el comercio y el crecimiento económico, y los contactos entre los pueblos", explicó.
Rhodes confió en que esos asuntos cobren un mayor protagonismo en la Cumbre de las Américas que se celebrará en Panamá en abril próximo, sumado a un debate sobre los valores incluidos en la Carta Interamericana, como la libertad de expresión o la de asociación.
"El asunto no debería ser nuestra política hacia Cuba, sino lo que está haciendo cada país para respetar esos valores, y cuando hay países que no los están respetando, lo que incluye a Cuba, que tengamos un diálogo abierto y un debate sobre cómo podemos fortalecerlos", sostuvo Rhodes.