SANTIAGO.- La petición del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al Congreso de su país para autorizar el uso de la fuerza contra el grupo yihadista ISIS en Medio Oriente, hace recordar las últimas intervenciones militares de las Fuerzas Armadas norteamericanas en Irak y Afganistán, iniciadas en la administración de George W. Bush. Sin embargo, el plan de 2015 difiere mucho del de hace más de una década.
De partida, el plan de Obama no contempla la intervención de tropas terrestres, lo que se enmarca en la promesa que hizo el Mandatario desde que comenzaran los ataque aéreos contra el grupo yihadista en Irak y Siria. Por lo tanto, este sólo si limitará a ocasiones como operaciones de rescate o ataques selectivos contra líderes de ISIS, según informa The Washington Post.
En este sentido,el objetivo de Estados Unidos es dejar las operaciones de combate de largo tiempo y alto despliegue a las fuerzas locales, es decir, el Ejército iraquí y las milicias kurdas desplegadas en terreno sirio.
De todos modos, las tropas norteamericanas podrían servir de apoyo a los ataques aéreos de la coalición antiyihadista, a través de la localización y la orientación en el suelo.
La otra gran diferencia de esta nueva intervención con las invasiones a Irak y Afganistán tiene que ver con su duración, ya que contempla un plazo máximo de 3 años.
Esto le permitirá a un nuevo presidente y el Parlamento decidir si el operativo debe ampliarse o no, ya que en 2018 Obama ya no será el Mandatario estadounidense.
Otra característica de esta Autorización para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF) tiene que ver con el campo de acción, ya que no contempla límites geográficos. Esto, debido a la expansión que ha tenido el grupo ISIS y su proclamación como califato, por lo que podría ampliarse a otros territorios.
En la propuesta de Obama también esta la derogación de la AUMF 2002, utilizada por George Bush para invadir Irak, pero dejaría la autorización de 2001, surgida tras los ataques del 11 de septiembre de dicho año. que permite el uso de la fuerza contra Al Qaeda y sus afiliados.
Esta sería la primera vez desde 2002 que el Congreso autoriza a un presidente estadounidense el uso de la fuerza, desde el ya mencionado documento de 2002.