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Santiago: Martes 03 de diciembre del 2024 | Actualizado 14:44
BUENOS AIRES.- Con aplausos y al grito de "justicia" miles de personas recibieron a los seis fiscales que convocaron este miércoles a una gran manifestación en Buenos Aires, al cumplirse un mes de la muerte sospechosa de su colega Alberto Nisman, que investigó el atentado contra la AMIA.
Pese a la lluvia, cientos de miles de personas, algunas con paraguas y otra sin nada para protegerse del agua, se han sumado al recorrido de la denominada "marcha por el silencio".
Entre los participantes en la caminata se cuentan la jueza federal Sandra Arroyo, viuda del fiscal, y sus hijas, junto a la madre de Nisman, Sara Garfunkel.
Frente al Congreso, en el centro de Buenos Aires, la marcha comenzó a organizarsea las 18:00 horas, en un recorrido de 1,7 km hasta la Casa de Gobierno en honor a la memoria del fiscal Nisman, muerto cuatro días después de presentar una grave denuncia contra la Presidenta Cristina Fernández por un presunto intento de encubrimiento en la investigación del bombazo de 1994.
Un extenso dispositivo policial fue dispuesto por las autoridades en distintos puntos de la ciudad. Los funcionarios realizan la vigilancia sin portar armas.
Rechazo en el Gobierno
Ocho de los principales precandidatos presidenciales opositores para las elecciones del 25 de octubre anunciaron que acompañarán a los fiscales, al igual que la dirigencia de las dos principales organizaciones judías, AMIA y DAIA.
"No lloro por Nisman, lloro por ti Argentina", decía una de las pancartas de los manifestantes.
Según estimaciones anticipadas de la policía, la marcha convocaría hasta ahora al menos a 300 mil personas.
En tanto, la Casa Rosada repudió el mitin por considerarlo parte de una maniobra "golpista" y sostuvo que la denuncia de Nisman contra Fernández es un intento de involucrar al país en el conflicto de Medio Oriente.
El fiscal apareció muerto en el baño de su apartamento el 18 de enero, con un disparo en la cabeza de una pistola calibre .22 prestada por un colaborador. Había una sola vaina servida en el suelo y su cadáver obstruía la puerta.
