Passos Coelho rechazó los cuestionamientos de partidos opositores de su país.
ReutersLISBOA.- El Primer Ministro portugués, Pedro Passos Coelho, rechazó las críticas vertidas por la oposición de izquierdas sobre su decisión de no apoyar a Grecia e insistió en que el país heleno debe ofrecer contrapartidas a la ayuda económica de Europa.
"Yo no fui elegido para defender los intereses de Syriza -partido que lidera el Ejecutivo de Atenas tras vencer las últimas elecciones-, fui elegido para defender los intereses de los portugueses", recalcó hoy Passos Coelho en su intervención en el debate quincenal en el Parlamento.
Mientras los ministros de Finanzas y de Economía de la eurozona analizaban en una reunión extraordinaria la solicitud griega para una prórroga de seis meses del crédito de sus socios, el jefe del Ejecutivo conservador portugués consideró que la idea del nuevo Gobierno heleno pasa por pedir financiación a sus socios comunitarios sin aceptar compromisos a cambio.
"Que venga aquí el dinero y nosotros, en cuatro o seis meses, discutimos las condiciones sobre si podemos o no asumir esas responsabilidades. Eso no es aceptable", subrayó Passos Coelho, quien incidió en que todos los países del euro coinciden en este punto.
El Mandatario luso, que afronta elecciones legislativas en su país el próximo octubre, precisó no obstante que este consenso en el seno de la UE no supone una "sumisión" a Alemania, que lidera la corriente en contra de la propuesta griega.
Confrontado sobre sus críticas a las posiciones helenas, Passos Coelho insistió en que nunca tuvo "ninguna intención de atacar a Grecia" y recordó que Lisboa -que al contrario que Atenas cerró en 2014 y con éxito el programa de asistencia financiera acordado con la troika- contribuyó al rescate de Atenas.
"No estamos en contra del Gobierno griego. Ojalá el Gobierno griego encontrase una buena solución para el problema que suscitó", defendió el dirigente conservador, líder a su vez del socialdemócrata PSD (centro derecha).
Durante el debate, el primer ministro luso reveló varias de las propuestas que ya comentó entre sus socios europeos, entre ellas la de retirar al Banco Central Europeo de la troika -donde comparte protagonismo con el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea- debido a un "conflicto de intereses".
"El BCE no puede estar desarrollando programas que impliquen compra de deuda soberana de un determinado país y al mismo tiempo estar en la mesa de negociaciones con ese mismo país en la que se fijan las condiciones de emisión de su propia deuda", argumentó.
En su opinión, la solución pasaría por la creación de un "Fondo Monetario Europeo" que sustituya al actual Mecanismo Europeo de Estabilidad y que pueda ser utilizado a instancias de organismos como el Eurogrupo o el Ecofin, donde se sientan los representantes de los ejecutivos nacionales.
Desde el principal partido de la oposición, el socialista, su líder parlamentario, Eduardo Ferro Rodrigues, asoció la actitud del gabinete de Passos Coelho a las tesis germanas, lo que bajo su punto de vista "pone en causa la dignidad" de los portugueses.
"El primer ministro es responsable del papel que la ministra de Finanzas -Maria Luís Albuquerque- se prestó a desempeñar, siendo totalmente instrumentalizada contra Grecia y actuando como portavoz del ministro germano", censuró.
Desde el Partido Comunista luso censuraron al Ejecutivo por presumir de recuperación económica pese a la emigración de decenas de miles de ciudadanos durante los últimos años por la crisis y el aumento de la deuda pública, además de repudiar que se coloque "siempre en la posición de defensor de los acreedores".
"Un día no vamos a poder pagar, déjese de esa teoría de que todo va bien", le aconsejó su líder, Jerónimo de Sousa.
En esta misma línea, diputados del marxista Bloque de Izquierda reclamaron al Gobierno luso que clarifique si está del lado de quien "propone una alternativa a la austeridad o del que quiere imponer la austeridad como única política en toda Europa".