BUENOS AIRES.- Los diputados de Argentina debatieron este miércoles un proyecto de ley que crea una nueva agencia de inteligencia, luego de que el servicio de espionaje quedara bajo la lupa este año por la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman.
El proyecto, que ya fue aprobado este mes por el Senado Nacional, estipula un mayor control de las escuchas telefónicas y de los gastos de la agencia, a la que el gobierno vinculó con la muerte del fiscal Alberto Nisman en enero.
La nueva ley "es un cambio cualitativo extraordinario (...) que era una deuda esencial para la democracia", señaló el jefe de gabinete del gobierno nacional -que impulsó la norma-, Jorge Capitanich.
Las escuchas telefónicas son una de las principales herramientas de los espías argentinos, en muchos casos usadas para presionar y hasta extorsionar a políticos, empresarios o periodistas, según denuncias.
"Que las escuchas telefónicas estén en manos de la Procuración o de la Corte (Suprema) no puede ser el eje central de los cuestionamientos de la oposición, porque de última voten en contra de ese artículo pero acompañen el proyecto (general)", sostuvo la diputada oficialista Diana Conti.
El gobierno tiene mayoría en la Cámara de Diputados, por lo que se descuenta que el proyecto de la nueva agencia sea votado favorablemente en la madrugada del jueves.
La sesión legislativa para tratar el tema se abrió alrededor de las 21:00 hora local.
Algunos funcionarios culparon a sectores de la central de inteligencia de darle información falsa a Nisman para que el fiscal elaborara una ruidosa denuncia contra la presidenta y su canciller, Héctor Timerman, a los que acusó de encubrir a los responsables de un atentado antisemita de 1994.
Nisman investigó durante más de una década el ataque a la mutual argentina-israelita AMIA que dejó 85 muertos pero, luego de que se hallara su cuerpo al lado de un arma y con un disparo en la cabeza, el caso quedó en manos de un grupo de fiscales.
La muerte del fiscal aún no ha sido esclarecida, aunque la principal hipótesis es la del suicidio. Los investigadores, de todos modos, no descartan un asesinato o un suicidio inducido.
La trama del hecho involucra un acuerdo de hace dos años entre Argentina e Irán para investigar el atentado, al que se oponían varios agentes de inteligencia liderados por el espía Antonio Stiuso, que fue despedido de la central en diciembre pasado.
Según el gobierno, Stiuso tenía fluidos vínculos con los servicios de Estados Unidos e Israel.
La oposición argentina considera que el proyecto de ley busca tapar el escándalo que significó la muerte de Nisman para el gobierno, y que en realidad nada cambiará con la nueva agencia de inteligencia.
"Los temas más críticos son los que tienen que ver con la falta de controles en lo que va a ser la Agencia Federal de Inteligencia", señaló a la televisión local el diputado Manuel Garrido, de la Unión Cívica Radical (UCR).
"A nosotros nos preocupa que, en cualquier lado que estén, (las escuchas telefónicas) nunca fueron controladas y tampoco van a ser controladas ahora", añadió.