BRUSELAS.- La Unión Europea (UE) defendió hoy "incrementar la presión" sobre las partes en conflicto en Sudán del Sur para que logren un acuerdo que detenga la violencia en el país, y recordó que la ONU ha abierto la puerta a imponer sanciones a los que dificulten las negociaciones.
"A pesar de otro plazo, los dos principales protagonistas de la trágica guerra civil de Sudán del Sur han vuelto a rechazar aceptar los compromisos mutuos requeridos para alcanzar un acuerdo que abra el camino a una resolución integral del conflicto", indicaron en un comunicado difundido hoy los portavoces de la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini.
Desde su punto de vista, esto "demuestra la falta de liderazgo y una indiferencia negligente por el bienestar del pueblo del Sudán del Sur".
Las conversaciones de paz para terminar con el conflicto de Sudán del Sur volvieron a suspenderse el viernes después de que el presidente del país, Salva Kiir, y el exvicepresidente y líder rebelde, Riek Machar, no llegaran a un acuerdo.
La alta representante comunitaria dijo que la UE está dispuesta, junto con la Unión Africana y otros socios internacionales, a apoyar a la Autoridad Intergubernamental de Desarrollo (IGAD, en inglés) para superar el momento de inmovilismo en el que se encuentra el país.
Recordó que recientemente el Consejo de Seguridad de la ONU "dejó claro que deplora el comportamiento de las partes en conflicto" a través de una resolución unánime que creó "un marco para sancionar a aquellos que hayan cometido crímenes de guerra o que obstaculicen el proceso de paz".
"La UE está de acuerdo en que es importante incrementar la presión a las partes para resolver los asuntos pendientes sin más dilación", enfatizó Mogherini.
La política europea afirmo que es "esencial" rendir cuentas por los crímenes cometidos a lo largo del conflicto en Sudán del Sur, y volvió a pedir que la Unión Africana publique su informe final sobre la situación.
Desde diciembre de 2013, miles de personas han muerto y unos dos millones han huido de sus hogares a consecuencia de un conflicto que comenzó como una disputa política entre Kiir y Machar pero que, en poco tiempo, se convirtió en una guerra civil.
Hasta ahora, los dos líderes sursudaneses han mantenido varias reuniones y firmado acuerdos de alto al fuego, pero ninguno ha prosperado.