LOS ANGELES.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo el jueves no había ninguna excusa para actos delictivos en las protestas públicas contra las prácticas policiales en Ferguson, Missouri, que según reveló un reporte del Departamento de Justicia tenían un fuerte sesgo racial.
"Lo que había estado ocurriendo en Ferguson era opresivo y inaceptable y era digno de protesta", dijo Obama durante una aparición en el programa de la cadena ABC "Jimmy Kimmel Live".
"Pero no había excusa para actos criminales, y quienquiera que hizo esos disparos no debería desviarnos de la cuestión. Son criminales. Necesitan ser arrestados", declaró.
Nuevas manifestacionesDos agentes de policía fueron baleados en una protesta en Ferguson, que ha sido el centro de un debate sobre temas raciales y la fuerza policial, lo que provocó una cacería en busca de los sospechosos y aumentó las tensiones en la ciudad.
Para esta noche se esperan nuevas manifestaciones y según la cadena televisiva CNN, las autoridades del condado de St. Louis y la Highway Patrol de Missouri asumieron las funciones de la policía local, duramente criticada.
Los dos agentes baleados, en tanto, ya abandonaron el hospital. Recibieron disparos la noche del miércoles al jueves y aún se está buscando a los responsables.
Los policías, de 32 y 41 años, fueron heridos en la cabeza y en un hombro. Según la información disponible hasta ahora, los disparos no provinieron de la multitud de altrededor de 150 manifestantes, sino de una distancia mayor.
Unidades especiales de la policía allanaron casas ubicadas en las cercanías, de las cuales pudieron haber disparado el agresor o los agresores.
Duras reaccionesEl secretario de Justicia Eric Holder se mostró especialmente duro y calificó a los agresores de "malditos sinvergenzas". Normalmente los políticos de alto rango no utilizan ese lenguaje. La meta de los que dispararon fue dividir a las personas en la ciudad y hacer que se enfrenten entre ellas, sostuvo.
La familia del adolescente afroamericano desarmado Michael Brown, que murió en manos de un policía de Ferguson en agosto, desatando enormes protestas, condenó los disparos contra los policías y denunció las "acciones de agitadores que actúan por su cuenta" que, según la familia, estaban tratando de arruinar una protesta pacífica.
Los incidentes se desataron sólo horas después de que el jefe de la policía de Ferguson, Thomas Jackson, anunciara su renuncia tras ser criticado masivamente. El Departamento de Justicia acusa a sus agentes de haber discriminado durante años a los afroamericanos por razones racistas.
