CIUDAD DE MÉXICO.- El Papa Francisco afirmó que cree que su pontificado será breve y durará a lo sumo unos cinco años, en una extensa entrevista que concedió a la cadena mexicana Televisa y que fue difundida completa por Radio Vaticano.
"Yo tengo la sensación de que mi Pontificado va a ser breve. Cuatro o cinco años. No sé, o dos, tres. Bueno, dos ya pasaron. Es como una sensación un poco vaga. Le digo, capaz que no", dijo Francisco, que tiene 78 años. "Pero tengo la sensación de que el Señor me pone para una cosa breve".
El papa argentino no descartó la posibilidad de renunciar en algún momento, como lo hizo Benedicto XVI, que ahora es papa emérito, aunque sin fijar un límite de edad para ello.
"Yo no soy de la idea de poner una edad, pero sí soy de la idea de lo que hizo Benedicto", afirmó.
En la entrevista de una hora y 25 minutos, Francisco habló de la curia romana con palabras fuertes, al señalar que se trata de "la última corte que existe en Europa".
"Las demás cortes se han democratizado, incluso las más clásicas. Hay algo en la corte pontificia que mantiene mucho una tradición un poco atávica, ¿no?", sostuvo.
"Y esto hay que cambiarlo, tiene que dejar lo que pueda tener de corte todavía y ser un grupo de trabajo, al servicio de la Iglesia", para lo que se requiere "una conversión personal", comentó, pero descartó que la curia esté "cayéndose a pedazos" por sus "enfermedades".
Francisco refrendó su defensa de los más pobres desde una visión social y consideró que no se le puede catalogar por ello como un izquierdista o un marxista con una visión ideológica del pasado.
"Tenemos que habituarnos a no calificar con hermenéuticas demodé. O sea, hoy en día izquierda y derecha es una simplificación que no tiene sentido", dijo. "Siempre hay que interpretar un hecho histórico, pequeño o grande, con la hermenéutica del momento".
Sobre el Sínodo de la Familia, que ha sido un tema central en sus dos años de pontificado, contó que el tema surgió sin que él realmente se lo propusiera, pero advirtió sobre las "expectativas desmesuradas" que ha generado.
Según afirmó, su idea era un sínodo sobre el hombre y la familia de hoy, pero la propia dinámica del consejo postsinodal fue cambiando el título y en un momento alguien dijo: "No, porque este es un sínodo sobre la familia", ante lo cual él se quedó "calladito", porque se dio cuenta de que era lo que dios quería.
"La familia está en crisis", dijo, y a la Iglesia le toca acompañarla, tanto a los que están casados, como a los que conviven como a los que han fracasado y establecido una nueva unión.
Consideró que el tema no puede reducirse a darle o no la eucaristía a los divorciados, sino que se trata de una verdadera integración, como la posibilidad de que quienes se vuelven a casar puedan ser padrinos de bautismo.
"Te viene un mafioso, un delincuente, uno que mató gente, pero como está casado por la Iglesia puede ser padrino. O esa, (hay) esas contradicciones". indicó. "Si creen, aunque estén en una situación que se disuelve llamada irregular, (...) y sepan lo que la Iglesia piensa de esas cosas, no es impedimento. Cuando hablamos de integrar, es meter todo eso".