La manifestación de Sao Paulo se convirtió en un mar ''verde-amarillo'', fue contra el Gobierno de Rousseff, pero con diferentes objetivos.
EFESAO PAULO.- Más de un millón de personas se tomaron este domingo las calles de Sao Paulo en una gran manifestación contra la Presidenta Dilma Rousseff, la más multitudinaria de la jornada de protestas convocadas para hoy en decenas de ciudades del país, informó la Policía.
La manifestación, que ya es una de las protestas más concurridas en esta ciudad, tuvo lugar en la avenida Paulista, una amplia vía de tres kilómetros en el centro comercial de Sao Paulo.
Esta protesta, que fue convocada por grupos ciudadanos de tendencia opositora pero sin relación con los partidos políticos, estaba centrada contra el Gobierno de Rousseff, pero con diferentes objetivos.
Algunos manifestantes protestaron contra la corrupción, otros contra las medidas de ajuste fiscal de la economía -anunciadas en los últimos meses por el Ejecutivo- y muchos pidieron la dimisión o la destitución de Rousseff y la expulsión del poder del Partido de los Trabajadores (PT).
La avenida Paulista se convirtió en un mar "verde-amarillo", colores de la bandera brasileña, que estaban estampados en la ropa y aderezos de la mayoría de los participantes.
La Policía Militarizada informó que al inicio de la protesta, a alrededor de las 15:00 horas locales, había cerca de 580.000 personas en la calle, pero el número de participantes aumentó rápidamente, ya que llegaban otras 4.000 personas cada dos minutos a través del metro.
"Fuera PT" y "destitución ya" eran los gritos que se oían a lo largo de la manifestación, que en su mayoría estaba tomada por ciudadanos vestidos de verde y amarillo, aunque también había otros de negro, para expresar su "luto" por la situación política de Brasil.
Los manifestantes portaban numerosos carteles, algunos diciendo "basta, Dilma, ustedes quebraron Brasil" o "Dilma, salga con dignidad, aún hay tiempo", mientras tocaban cornetas o cantaban el himno nacional.
Un grupo hizo un entierro simbólico de un ataúd con el nombre Petrobras, en alusión al gran escándalo investigado por la Policía de la petrolera estatal, por el que están siendo investigados cinco decenas de políticos y varias fuerzas oficialistas.
La popularidad de la presidenta se deterioró rápidamente por este escándalo y también por las medidas de austeridad tomadas por su Gobierno para corregir el grave déficit que afecta a las cuentas públicas.
Además de Sao Paulo, por la mañana se registraron manifestaciones multitudinarias, con decenas de miles de personas, en Brasilia, Río de Janeiro, Belo, Salvador, Recife, Fortaleza, Curitiba y otras capitales regionales del país.