WASHINGTON.- La crisis que atraviesa Venezuela será una prioridad para el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la Cumbre de las Américas, que se celebrará el 10 y 11 de abril en Panamá y a la que está previsto que acuda el mandatario, informó este martes un funcionario del Departamento de Estado.
La Cumbre de las Américas se celebra en un momento de tensión entre Caracas y Washington, después de que el gobierno de Nicolás Maduro acusara a Estados Unidos de estar detrás de un supuesto golpe de Estado para derrocarlo y Obama impusiera sanciones a funcionarios venezolanos acusados de violación de derechos humanos y corrupción pública.
Durante una audiencia ante el subcomité para el Hemisferio Occidental del Senado, a la que asistió Alex Lee, subsecretario adjunto para América del Sur y Cuba del Departamento de Estado, funcionarios del gobierno estadounidense y expertos en América Latina mostraron sus preocupaciones por la crisis política y económica en Venezuela.
Washington cree que las elecciones a la Asamblea Nacional que se celebrarán este año en Venezuela suponen "una oportunidad para los venezolanos para entablar un diálogo legítimo y democrático", explicó Lee, quien consideró que "unos resultados demócráticos creíbles podría reducir las tensiones en Venezuela".
El responsable del Departamento de Estado para América del Sur y Cuba explicó que Washington ha pedido a los gobiernos de la región que "alienten a Venezuela a aceptar una misión de observación electoral internacional sólida, utilizando estándares internacionales, para estas elecciones".
"Es hora de que los gobiernos de la región colaboren para ayudar a Venezuela a lograr una solución democrática para los desafíos a los que se enfrenta el país", dijo Lee, quien aseguró que Washington está preocupado por los poderes extraordinarios para gobernar adquiridos recientemente por el presidente Maduro.
Durante la audiencia salió a relucir la decisión de Obama de aplicar la semana pasada sanciones contra siete funcionarios venezolanos.
John Smith, representante del Departamento del Tesoro, reiteró que "estas sanciones no van dirigidas contra el pueblo o la economía venezolanas y no sancionan al gobierno venezolano en su conjunto".
Smith explicó que son sanciones dirigidas a siete individuos en concreto, entre los que hay miembros de alto rango de las fuerzas armadas, servicio de inteligencia y del poder judicial venezolanos.
Washington negó una vez más las acusaciones del gobierno de Maduro de que Estados Unidos está detrás de un presunto golpe para derrocarlo.
"Seré claro: Estados Unidos no está buscando la caída del gobierno venezolano ni intentando sabotear la economía venezolana", dijo Lee.
Durante la audiencia, tanto el senador demócrata Robert "Bob" Menéndez como el senador republicano Marco Rubio aplaudieron la decisión del gobierno estadounidense de imponer sanciones contra esos siete funcionarios venezolanos, aunque consideraron que se ha quedado corto y debería sancionar a más.
"Desde mi punto de vista, podríamos haber ido más lejos, pero este es un primer paso importante", dijo Menéndez durante la audiencia.
Rubio, de origen cubano al igual que Menéndez, consideró que el gobierno de Maduro "no está gobernando Venezuela de una manera democrática. Constitucionalmente tienen una democracia, pero la manera en la que está gobernando no es democrática".
"No hay independencia de las cortes, no hay libertad de prensa, no hay libertad de expresión y hemos visto miembros de la oposición en Venezuela expulsados del Congreso y encarcelados", explicó Rubio, quien consideró que lamentablemente se trata de un fenómeno que está ocurriendo en la región.
"Hay personas que llegan al poder a través de las elecciones y después no gobiernan de manera democrática", añadió Rubio, que, según la prensa estadounidense, podría anunciar en abril que se presenta como candidato a las primarias republicanas.