BRASILIA.- La Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció hoy diversas medidas que someterá al Congreso con el objetivo de reforzar el combate a la corrupción, un mal encarnado en el país y que ahora suma un mega escándalo con la petrolera estatal Petrobras.
"Esto representa otro paso decisivo para ampliar la capacidad del Estado para prevenir y combatir a la corrupción y la impunidad", dijo Rousseff en un acto celebrado en el Palacio presidencial de Planalto, frente a todo su gabinete y miembros de los tres poderes de la Nación.
Una de las medidas anunciadas, que como las otras dependerá de la aprobación del Congreso, tipifica como delito penal el ocultamiento de dinero obtenido por los partidos políticos para sus campañas, una práctica que hasta ahora sólo es considerada una infracción de tipo electoral y castigada con sanciones administrativas.
El anuncio presidencia viene precedido de la protestas más masiva en contra de un gobierno en los últimos 30 años, realizada el pasado domingo, y luego de conocerse una encuesta que refleja el complejo escenario enfrentado por el gobierno.
La popularidad de Rousseff se derrumbó diez puntos a 13%, según el sondeo Datafolha divulgado este miércoles.
A menos de tres meses de haber asumido su segundo mandato, la presidenta registró además un rechazo a su gestión de 62%, "el más alto de un mandatario desde septiembre de 1992, en vísperas del 'impeachment' del entonces presidente Fernando Collor", apuntó el diario Folha de Sao Paulo que publica la encuesta.
Actual senador, Fernando Collor de Melo (1990-1992) renunció en 1992 a la presidencia en medio de denuncias de corrupción y masivas manifestaciones, después que la Cámara aprobara someterlo a juicio político y mientras el Senado revisaba el proceso.
Su reprobación llegó a 68%, apuntó Folha.
Según la encuesta, es la primera vez que el rechazo al gobierno de Rousseff supera el 50%.