GINEBRA.- Un grupo rebelde de Sudán del Sur, inmerso en plena guerra civil, liberó a 250 niños-soldado y pronto lo hará con otros 400, anunció este domingo el Fondo para la Infancia de Naciones Unidas (Unicef).
Su liberación lleva a "más de 1.300 el número de niños desmovilizados desde el 26 de enero", indicó la Unicef en un comunicado.
Los niños liberados estaban enrolados en el Ejército Democrático de Sudán del Sur (SSDA) - Facción Cobra, grupo rebelde del este del país dirigido por David Yau Yau, con el que Unicef cerró un acuerdo para liberar a 3.000 menores reclutas, en una de las operaciones de desmovilización más importantes jamás llevadas a cabo.
La agencia calcula que el coste de la liberación y reinserción de cada niño cuesta dos años y unos US$ 2.330.
Pero pese a esta operación, miles de menores siguen combatiendo, tanto para los rebeldes como para el gobierno.
El viernes, el organismo acusó a ambos bandos de intensificar el reclutamiento forzoso de menores, secuestrados en "redadas" y por "centenares", solo en el mes de febrero.
Unos 12.000 niños, sobre todo chicos, fueron reclutados en total el año pasado en Sudán del Sur, según Unicef.
El país entró en diciembre de 2013 en una guerra civil a gran escala, con dos bandos opuestos: el ejército leal al presidente Salva Kiir, y las tropas fieles a su exvicepresidente, Riek Machar.
Los combates entre ambos bandos, apoyados cada uno por diversos grupos armados y milicias, han venido acompañados de terribles atrocidades cometidas contra la población civil sobre bases étnicas.
Sudán del Sur es la nación más joven del mundo: separada de Sudán desde 2001, en la larga guerra de independencia (1983-2005), numerosos niños-soldado combatieron junto a los rebeldes sudistas SPLA, convertidos hoy en el ejército nacional sursudanés.
Bajo presión internacional, el nuevo país empezó a hacer esfuerzos por desmovilizar a estos niños y prohibir el reclutamiento de menores, pero esta práctica se reanudó con el inicio de la guerra civil.
Desde entonces, decenas de miles de personas han muerto, dos millones han debido huir de sus hogares y cuatro millones son al borde de la hambruna.