LA PAZ.- Seis meses después de su abrumadora victoria en la primera ronda de las elecciones presidenciales, Evo Morales se puso los guantes de nuevo, decidido a aprovechar su popularidad para tratar de evitar retrocesos en los comicios locales y regionales del domingo, en medio de denuncias de corrupción e ineptitud de muchos dirigentes del partido oficialista.
"No voy a trabajar con los opositores", advirtió Morales hace algunas semanas en un acto público. "Si quieren más obras, ahí están los candidatos" de su Movimiento al Socialismo (MAS), agregó.
Morales usó ese tono enérgico en medio de indicios de que el oficialismo podría perder terreno, incluidas encuestas que dan como favoritos a candidatos opositores en sitios clave.
"Esta vez la oposición podría salir fortalecida", pronosticó el politólogo Rafael Archondo en declaraciones a la Associated Press. "No tendrá que competir con Morales y aunque no cambiará su estado de fragmentación, intentará buscar un cierto equilibrio político".
En el poder desde hace una década, Morales ganó con 61% de los votos un tercer mandato en los comicios generales de octubre y su liderazgo personal es fuerte, pero algunos dirigentes del MAS están siendo cuestionados como nunca, incluso en bastiones tradicionales como la ciudad de El Alto, pegada a La Paz, y corren peligro de ser derrotados en los comicios locales y regionales del domingo.
El MAS confrontará en las urnas a más de un centenar de partidos y agrupaciones políticas opositoras, incluida la Unidad Demócrata, una alianza de centro liderada por el empresario Samuel Doria Medina, segundo en los comicios de octubre.
El domingo más de seis millones de electores serán convocados a votar para elegir a 4.975 funcionarios, entre ellos a nueve gobernadores y 3.339 alcaldes, en una elección compleja que incluye 484 boletas de sufragio diferentes. En el caso de gobernadores habrá segunda vuelta si los ganadores no logran más de la mitad de votos.
El MAS controla siete de nueve gobernaciones y la mayoría de las alcaldías en ciudades grandes, excepto La Paz, donde el opositor Luis Revilla podría ser reelecto. El oficialismo, no obstante, podría perder la gobernación de La Paz, donde el candidato opositor aventaja por 13 puntos a la oficialista Felipa Huanca, con un 37% de la intención de voto contra un 24%, según la encuestadora Equipos Mori, cuya consulta tiene un margen de error de más o menos cinco.
En marzo se conocieron denuncias de corrupción en un fondo indígena manejado por el gobierno y que comprometen a Huanca.
Las encuestas anticipan que el partido de gobierno perdería no solo en La Paz sino también en El Alto, ciudad que catapultó el ascenso político de Morales y le dio consecutivas victorias electorales desde 2005, cuando conquistó por primera vez la presidencia.
Allí, el candidato oficialista Edgar Patana, que busca la reelección, tiene un 22% de intención de voto, 6 puntos menos que a principios de marzo, y es ampliamente superado por la candidata opositora Soledad Chapetón, que tiene una preferencia de 48%, 13 puntos más que a principios de mes. En estos días salió un video en que supuestamente Patana recibe sobornos de un ex alcalde de esa ciudad. El video es de cuando Patana era dirigente sindical. Al mismo tiempo salieron otras denuncias contra Patana.
Ubicada en la meseta altiplánica a 14 kilómetros de La Paz y con más de 650.000 habitantes, El Alto es la ciudad con mayor crecimiento demográfico por la migración rural y es una de las más pobres. Muchos vecinos cuestionan la falta de obras durante la gestión de Patana.
"Patana estuvo cinco años de alcalde y no hemos visto obras, vivimos como siempre en medio del caos vehicular y la suciedad", expresó una vecina del barrio Río Seco de El Alto. "Es hora de dar oportunidad a otra gente".
La ciudad fue escenario de una revuelta popular en la que murieron 63 manifestantes en octubre de 2003, que obligó a renunciar y huir del país al presidente de entonces Gonzalo Sánchez de Lozada, marcando así la caída de los partidos tradicionales y el ascenso de Morales, quien se forjó en los combativos sindicatos cocaleros.
El miércoles, el mandatario reconoció errores en la elección de "algunos candidatos". "Tal vez en algunos municipios (alcaldías) se han equivocado en elegir candidato, pero por encima de todos está nuestra revolución democrática...no podemos perder", dijo en el cierre de campaña de su partido en El Alto.
La campaña electoral ha sido reñida pero pacífica, aunque se ha visto salpicada de denuncias de presunto favoritismo del tribunal electoral hacia el partido de gobierno. La decisión más polémica de ese tribunal ha sido anular la candidatura del opositor Ernesto Suárez, favorito para ganar la gobernación en el departamento amazónico de Beni, en el noreste, por divulgar encuestas antes del tiempo permitido.
"El MAS nació en el gobierno y no tuvo experiencia previa relevante en la administración edil. Recién está arraigando en ciudades grandes con el respaldo enorme poder económico del gobierno central y no debe extrañar que no haya construido gestiones locales exitosas", comentó Archondo.
Para Morales, los comicios del domingo serán importantes para la expansión de su proyecto político hacia el oriente, bastión de la oposición.