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Santiago: Domingo 06 de octubre del 2024 | Actualizado 07:16
BRASILIA.- Miles de brasileños salieron hoy a las calles para pedir la salida de la presidenta, Dilma Rousseff, en 18 de los 27 estados del país, aunque, según estimaciones parciales el número de asistentes es menor al registrado el pasado 15 de marzo, cuando participaron más de un millón y medio de personas.
Aún se aguarda conocer cuál fue la concurrencia al acto previsto en la ciudad de Sao Paulo, epicentro histórico de las manifestaciones populares en el país, donde la céntrica Avenida Paulista llegó a ser cortada en ambos sentidos.
Datos recogidos por el portal de noticias UOL en base a cálculos de la policía militarizada en las ciudades que adhirieron a la segunda jornada de protestas antigubernamentales del año, señalan que al menos 52.000 personas concurrieron a los actos hasta las 14:00 hora local, cuando la marcha en Sao Paulo todavía no había comenzado.
En la capital federal, Brasilia, el balance de la policía indica que el acto contra la corrupción y a favor de un juicio político contra la mandataria –que podría derivar en su destitución– atrajo a unas 25.000 personas.
En la protesta que tuvo lugar hace un mes, la policía había estimado una concurrencia de unas 45.000 personas.
El Himno Nacional, ejecutado desde enormes camiones de sonido, pudo oírse en más de una oportunidad, no solo en Brasilia, sino también en varios puntos de concentración en otras ciudades. Asimismo, se constató, al igual que hace un mes y en casi todas las ciudades en las que hubo manifestaciones, la presencia de grupos que piden una intervención militar similar a la que hace cinco décadas dio inicio a una dictadura que se prolongó por 21 años.
En Río de Janeiro, la policía calcula que acudieron a la cita, en la rambla de la playa de Copacabana, unas 12.000 personas. Los organizadores, en tanto, estiman en 25.000 el público presente. Hace un mes, la asistencia fue estimada en 15.000 por la policía.
Tres pequeños incidentes fueron registrados en Río, según medios de prensa locales. En los tres casos, personas aisladas, favorables al gobierno, increparon a los manifestantes y hubo intercambio de insultos y forcejeos, sin que los episodios fueran de envergadura.
Al igual que el 15 de marzo, los participantes de los actos de hoy lucen, en su inmensa mayoría, camisetas de la selección nacional de fútbol y la mayor parte de las consignas entonadas en cánticos o presentes en carteles y pancartas son "Fuera Dilma", "Fuera PT" y "Basta de corrupción".
Los actos fueron convocados por los mismos grupos que lo hicieron el mes pasado, que se autodefinen como "apartidarios": el Movimiento Brasil Libre (MBL), Indignados Online (Revoltados Online) y Sal a la Calle (VPR, Vem Pra Rua).
Los tres grupos defienden la renuncia o destitución inmediata de la presidenta, a la que tildan de haber "estafado" durante la campaña electoral al no haber admitido que promovería el ajuste fiscal que de hecho está implementando su equipo y de tener vínculos estrechos, al igual que el PT, con el millonario escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.
Una encuesta del instituto Datafolha divulgada el sábado reveló que la apertura de un juicio político contra Rousseff, que podría derivar en su destitución, es apoyado por el 63% de los brasileños.
Según el mismo estudio, las manifestaciones contra su gobierno son apoyadas por el 75% de los encuestados.
Las protestas son apoyadas además por los partidos opositores, entre ellos el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuyo presidente, el senador Aécio Neves, disputó con Rousseff la segunda vuelta de las elecciones nacionales y perdió por muy estrecho margen.
La insatisfacción con el gobierno de Rousseff también quedó en evidencia en el sondeo del sábado, que reveló que el índice de aprobación de su gestión se mantiene desde marzo pasado en un ínfimo 13%, mientras que los que la reprueban llegan al 63%.
