LA HABANA.- El Gobierno de Cuba reconoció hoy "la justa decisión" del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de excluir a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, en la que "nunca debió ser incluida".
"Nuestro país ha sido víctima de centenares de actos terroristas, que han costado la vida a 3.478 personas y han incapacitado a 2.099 ciudadanos cubanos", señala una declaración oficial leída en la televisión oficial y suscrita por la directora general de EE.UU. de la Cancillería cubana, Josefina Vidal.
La directora de Asuntos de Estados Unidos en la cancillería cubana apuntó en contrapartida también a los "centenares de actos terroristas" de los que considera que ha sido víctimas la isla socialista, muchos de ellos atribuidos al ala radical del exilio anticastrista cubano afincado en el país norteamericano.
Obama comunicó este martes al Congreso de Estados Unidos su decisión de retirar a Cuba de la "lista negra" de países patrocinadores del terrorismo internacional que elabora el Departamento de Estado y en la que la isla está desde 1982.
La decisión entrará en vigor en 45 días, según prevé la legislación estadounidense.
La medida es vista como un paso clave en el histórico proceso de acercamiento diplomático anunciado por ambos países en diciembre. Los gobiernos de Washington y La Habana negocian desde finales de enero sobre la prevista reapertura de embajadas en ambas capitales.
Obama ya había adelantado el pasado fin de semana durante la Cumbre de las Américas en Panamá que tomaría "pronto" una decisión respecto a la lista, después de que el Departamento de Estado anunciara que había acabado la revisión encargada por el propio jefe de Estado.
El mandatario se reunió el pasado sábado con su homólogo cubano, Raúl Castro, en Panamá, en un encuentro sin precedentes en más de medio siglo que fue visto como otro paso importante en el deshielo diplomático bilateral.
Obama y Castro anunciaron el 17 de diciembre que ambos países retomarán pronto sus relaciones diplomáticas, tras más de medio siglo de ruptura y hostilidades iodeológicas.