BERLÍN.- La Audiencia de Lüneburg comenzó el juicio contra Oskar Gröning, el denominado "contador de Auschwitz", acusado de complicidad en el asesinato de 300.000 personas como encargado de confiscar las pertenencias de los deportados que llegaban al campo de concentración y exterminio.
El proceso contra Gröning, de 93 años, será probablemente uno de los últimos grandes juicios por los crímenes nazis, dada la avanzada edad de los implicados, y tiene lugar apenas tres meses después de que se conmemorara el 70 aniversario de la liberación de Auschwitz.
Gröning acudió a la Audiencia acompañado de sus abogados y caminando con la ayuda de un andador.
Entre las más de sesenta acusaciones particulares hay sobrevivientes del holocausto y también familiares de víctimas de Auschwitz, que han puestos sus últimas esperanzas en una justicia tardía.
El precedente que lleva a pensar en una condena en este caso es el juicio instruido en Munich contra el ucraniano John Demjanjuk, condenado en 2011 a cinco años de cárcel por su complicidad en la muerte de más de 29.000 judíos en el campo nazi de Sobibor, donde sirvió como guardia voluntario.
Tras ese proceso, en el que se condenó a un trabajador de un campo sin una implicación directa en las muertes, la Oficina Central Investigadora de los Crímenes del Nacionalsocialismo decidió la reapertura de 30 procedimientos, aunque varios han sido ya desestimados por incapacidad de los acusados o porque entre tanto han fallecido.
La fiscalía sostiene que Gröning, encargado de incautarse de las pertenencias de los prisioneros que llegaban a Auschwitz y de enviar el dinero a las SS en Berlín, facilitó apoyo económico al régimen nacionalsocialista y respaldó así su maquinaria de la muerte.
La acusación se centra en el verano de 1944, cuando en el marco de la denominada "Operación Hungría" llegaron al campo de concentración y exterminio 425.000 deportados de ese país y al menos 300.000 fueron ejecutados en las cámaras de gas.