A Lee Joon-seok se lo condenó por negligencia y abandono de pasajeros necesitados de ayuda.
AP
SEÚL.- Una corte de apelaciones surcoreana sentenció a cadena perpetua al capitán del ferry "Sewol" que se hundió el año pasado, con un saldo de 304 muertos.
La sentencia emitida el martes es más dura que un veredicto de noviembre por parte de un tribunal de distrito que sentenció a Lee Joon-seok a 36 años de prisión por negligencia y abandono de pasajeros necesitados de ayuda.
Un vocero del Tribunal Superior de Gwangju señaló que además de la decisión de enviar de por vida a prisión a Lee, otros 14 miembros de la tripulación de navegación del transbordador fueron sentenciados a entre 18 meses y 12 años de prisión.
El portavoz señaló que la sentencia de Lee fue aumentada porque la corte lo declaró culpable de cargos de homicidio.
En noviembre pasado, Lee fue absuelto de homicidio. La mayoría de las víctimas eran adolescentes que viajaban a una isla del sur en una excursión escolar.
El ferry sobrecargado se hundió a la altura de la isla meridional de Jingo el 16 de abril de 2014 llevando a bordo 476 personas, entre ellas 325 estudiantes de secundaria. De las 304 víctimas, 250 eran alumnos de un mismo instituto.
Los fiscales habían reclamado la pena de muerte para el acusado por estimar que había abandonado a los pasajeros sabiendo a ciencia cierta que iban a morir.
"La actuación irresponsable del capitán Lee provocó la muerte de jóvenes estudiantes que perecieron sin realizar sus sueños (...) e infligió heridas irreparables a sus familias, dijo el tribunal en sus considerandos, recogidos por la agencia Yonhap.
También quedaron de manifiesto la lentitud y la falta de coordinación del rescate.
Pero la molestia de las familias se centró en los miembros de la tripulación, de los primeros en subirse a las lanchas de salvamento, abandonando a su suerte a cientos de pasajeros atrapados a bordo del barco que se hundía.
La angustia de las familia se disparó cuando conocieron que la tripulación había dado orden a los pasajeros de no moverse.
Filmaciones de los estudiantes con sus celulares, encontradas al recuperar los cuerpos en el barco hundido, permitían oír un mensaje por megafonía que ordenaba no moverse cuando el ferry se iba escorando.
El accidente también sacó a la luz problemas endémicos de corrupción y normas de seguridad deficientes, imputadas a la voluntad de las autoridades de priorizar el crecimiento económico por encima de cualquier otra consideración.
