EFE
BRASILIA.- La Presidenta brasileña, Dilma Rousseff, desistió de grabar un mensaje conmemorativo por el Día del Trabajo para ser exhibido en televisión el 1 de mayo, como lo hizo en sus primeros cuatro años de Gobierno, tras los abucheos que se escucharon en varias ciudades en su último pronunciamiento.
"La Pesidenta va a dialogar con los trabajadores pero por las redes sociales. Es una forma de darle valor a otros medios de comunicación", afirmó hoy en rueda de prensa el ministro de la Secretaría de Comunicación Social, Edinho Silva, al anunciar que este año no será reservada una cadena nacional de radio y televisión para transmitir el discurso de la mandataria el 1 de mayo.
El portavoz dijo que la decisión de no transmitir el tradicional mensaje presidencial por el Día del Trabajo fue tomada en una reunión este lunes de los coordinadores políticos del Gobierno y negó que sea por temor de que el pronunciamiento pueda ser abucheado.
"La presidenta no teme ninguna forma de manifestación oriunda de la democracia. Pero en este momento consideramos que la mejor forma de comunicación son las redes sociales. Ella le da valor todos los días a la comunicación en los medios impresos y a la televisión, pero en esta ocasión decidió apreciar las redes sociales", afirmó.
La última vez que la jefa de Estado hizo un pronunciamiento en red nacional de radio y televisión se escucharon abucheos, bocinazos y cacerolazos en varias ciudades, principalmente en los barrios más acomodados, como protesta contra la mandataria.
El pronunciamiento fue poco después de las marchas de protesta contra el Gobierno que movilizaron en marzo a cerca de dos millones de brasileños en decenas de ciudades.
El índice de popularidad de Rousseff está en su mínimo histórico cuatro meses después de haber iniciado su segundo mandato de cuatro años debido al rechazo de la población al ajuste fiscal anunciado por el Gobierno para hacer frente a la grave crisis económica y que la entonces candidata a la reelección negó que pondría en marcha.
Las protestas también fueron alimentadas por el gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras que salpicó a medio centenar de políticos, en su gran mayoría de la coalición oficialista que apoya a la jefa de Estado.
Esta será la primera vez en trece años que un presidente brasileño no transmite un discurso en televisión para conmemorar el Día del Trabajo. La tradición fue iniciada por Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), antecesor y padrino político de Rousseff.