LANGKAWI.- Miles de inmigrantes podrían morir en aguas del sureste asiático si los gobiernos de la región no actúan rápido para salvarlos, alertaron este martes la ONU y varias organizaciones.
En los últimos días, unos 2.000 inmigrantes fueron rescatados en las costas de Indonesia y Malasia, la mayoría de ellos musulmanes rohingyas, un grupo considerado por la ONU como una de las minorías más perseguidas de todo el mundo.
Este martes, las autoridades de Indonesia anunciaron que alejaron de sus aguas un buque con cerca de 400 inmigrantes procedentes de Myanmar y Bangladesh.
Según la organización humanitaria de defensa de los rohingyas Arakan Project, podría haber cerca de 8.000 personas varadas en el mar, muchas de ellos provenientes de Bangladesh y de Birmania, con cada vez menos comida y agua.
"Se necesita un esfuerzo regional (...) nosotros no tenemos la capacidad para buscarlos, pero los gobiernos sí, tienen barcos y satélites", dijo a la AFP el portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Joe Lowry.
El funcionario alertó que los migrantes están en muy malas condiciones, y que algunos incluso podrían estar muertos.
El vicedirector de la OIM para Indonesia, Steven Hamilton, advirtió que los esfuerzos regionales por encontrar esos barcos en la zona serán complicados.
"Es como encontrar una aguja entre una pila de agujas (...) Esas aguas está llenas de embarcaciones, y uno no puede estar seguro de lo que está buscando", explicó.
Para complicar más las cosas, Hamilton explicó que según varios inmigrantes llegados recientemente a la provincia indonesia de Aceh e interrogados por la OIM, existe en alta mar toda una organización de barcos, y los traficantes hacen pasar a los inmigrantes de uno a otro.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) estima que unas 25.000 personas embarcaron entre enero y marzo, el doble del ritmo del año pasado, y que unas 300 habrían muerto.