HAT YAI.- Las autoridades tailandesas confirmaron que no aceptarán barcos con inmigrantes, después de que la Marina rechazara ayer una embarcación con al menos 300 bengalíes y rohingyas, informaron hoy los medios locales.
Panitan Wattanayagorn, consejero del Gobierno tailandés, indicó que seguirán esta política al menos hasta la reunión que han convocado el 29 de mayo con representantes de otros países de la región para abordar la crisis, según el diario Bangkok Post.
Hasta entonces, las autoridades tampoco decidirán si habilitan campos temporales para acoger a los inmigrantes víctimas de las redes de tráfico de personas.
A la reunión asistirán representantes de Australia, Indonesia, Malaysia, Myanmar, Bangladesh y Vietnam, así como de organizaciones internacionales.
Weerapong Nakpradit, oficial de la Marina tailandesa, afirmó que ayer proveyeron de agua, alimentos y medicinas a la embarcación con decenas de hombres, mujeres y niños hambrientos.
También les ayudaron a arreglar los motores para que pudieran proseguir su viaje hacia fuera de las aguas tailandesas.
El bote, que había sido abandonado previamente por los traficantes, fue localizado a 17 kilómetros de la isla de Lipe, en aguas de la provincia tailandesa de Satún, en el suroeste de Tailandia.
Según algunos medios, el barco había sido rechazado el día anterior por las autoridades de Malasia, donde los inmigrantes tenían planeado desembarcar.
El subdirector para Asia de Human Rights Watch, Phil Robertson, condenó la decisión tailandesa de dejar partir el navío y afirmó que "Malasia y Tailandia está jugando un partido de pinpón" con las vidas de estos inmigrantes.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unas 25.000 personas zarparon en barcos desde Bangladesh y Birmania (Myanmar) durante el primer trimestre de 2015, el doble del número registrado en el mismo periodo de 2014.
Indonesia y Malasia acogieron unos 1.500 inmigrantes entre el domingo y lunes pasados, pero desde entonces han devuelto a alta mar al menos tres embarcaciones con cientos de bengalíes y rohingyas, una perseguida minoría musulmana de Birmania.
El volumen de inmigrantes ilegales en la región se ha disparado desde que Tailandia comenzó, a principios de mayo, una campaña contra las mafias de traficantes de personas en su territorio, donde ha desmantelado al menos 8 campamentos clandestinos con tumbas en la junglas del sur del país.