TRÍPOLI.- Al menos siete niños murieron anoche en la ciudad libia de Bengasi durante un intenso combate artillero entre las fuerzas afines al gobierno de Trípoli, que defienden la urbe, y los soldados leales al Parlamento internacionalmente reconocido en Tobruk, que la asedian.
Fuentes médicas en la ciudad explicaron que las víctimas llegaron al hospital central tras una serie de enfrentamientos en el barrio de Al Salam, situado en la zona de Saknia, cerca del mercado de automóviles.
Desde hace un año, Bengasi, segunda ciudad de Libia, sufre el asedio de las tropas leales al exgeneral gadafista Jalifa Hafter, jefe del Ejército afín al gobierno internacionalmente reconocido instalado en Tobruk.
En la urbe están instaladas las milicias leales al Ejecutivo rebelde establecido en Trípoli, capital que también tratan de asediar las fuerzas de Hafter, un oscuro oficial que fue héroe de guerra en tiempos de la dictadura de Muamar al Gadafi y que después se convirtió en uno de los principales opositores en el exilio.
Los combates en Bengasi son una de las razones fundamentales de que no avance la negociación que auspicia la ONU y que pretende lograr un Ejecutivo de consenso nacional.
Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera a derrocar el régimen dictatorial de Al Gadafi.
En medio, florecen los movimientos yihadistas como la rama libia del autoproclamado Estado Islámico -asentado en partes de Irak y Siria- y la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), todavía el grupo terrorista más poderoso del norte de África.
Y sacan provecho los traficantes de personas, que han enviado a miles de inmigrantes irregulares procedentes de África y de Oriente Medio al mar con el objetivo de que lleguen a Europa.