WASHINGTON.- El Senado de Estados Unidos no consiguió este domingo un acuerdo para evitar que a la medianoche expire la Ley Patriota antiterrorista, que incluye la recolección de datos telefónicos por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés).
"La Ley Patriota expirará esta noche", dijo Rand Paul, senador republicado que se postula a la presidencia y el responsable de bloquear la posibilidad de alcanzar una solución en este debate, luego de horas de una infructuosa discusión para aprobar una reforma que permitiera mantener vigentes importantes medidas de seguridad nacional.
La reforma, denominada "Freedom Act" (Ley de la Libertad), ya había sido aprobada por la Cámara de Representantes, con republicanos y demócratas unidos en su deseo de controlar la recolección por parte de la NSA de datos telefónicos de millones de estadounidenses sin conexión alguna con el terrorismo. También permitía seguir reuniendo datos a través de los operadores telefónicos y no de la NSA.
El timonel de la CIA, John Brennan, había advertido este domingo que permitir que expiren los programas de vigilancia incluidos en la Ley Patriota, podría implicar un aumento de las amenazas terroristas.
"Esto es algo que no nos podemos permitir en este momento", dijo el jefe de inteligencia sobre la expiración de la normativa a la medianoche. "Porque si miramos los horrendos ataques terroristas y la violencia que hoy tienen lugar en el mundo necesitamos mantener la seguridad en nuestro país, y nuestros océanos ya no nos mantienen seguros de la forma que lo hacían un siglo atrás", señaló a la cadena CBS.
El Presidente Barack Obama había instado el viernes al Senado a votar "rápidamente" la reforma del programa de recolección de datos de llamadas telefónicas de la NSA, y advirtió contra las consecuencias de no hacerlo.
"No quiero que (...) nos enfrentemos a una situación en la que habríamos podido impedir un ataque terrorista o arrestar a alguien peligroso y no lo hayamos hecho debido simplemente a una inacción del Senado", dijo.
La Casa blanca y la Cámara de Representantes estaban de acuerdo en aprobar una nueva ley que permitiera seguir recolectando datos telefónicos en Estados Unidos -horario, duración, número destinatario- pero a través de los operadores telefónicos y no de la NSA.