Seúl.- La alarma emitida en Corea del Sur por el brote de coronavirus, que suma ya 30 infectados y 2 muertos, llevó hoy al cierre de más de 200 centros escolares y la activación de un plan de emergencia por parte del Gobierno.
Un total de 230 colegios y guarderías, la mayoría en la provincia de Gyeonggi que rodea Seúl, cerraron hoy sus puertas hasta al menos el fin de semana con el objetivo de aplacar los contagios, anunció el Ministerio de Educación.
El Gobierno, por su parte, realizó una reunión de emergencia en la que se decidió crear un equipo especial compuesto de funcionarios, médicos y expertos que diseñarán medidas para atajar la propagación del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) y coordinar la respuesta de los hospitales.
La presidenta del país, Park Geun-hye, reconoció que "muchos surcoreanos están nerviosos" y pidió "los mayores esfuerzos" a las autoridades sanitarias, especialmente para proteger a los más vulnerables, como niños y ancianos.
Casi 700 personas han sido puestas en cuarentena hasta el momento, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó ayer que "se pueden dar más casos" de esta enfermedad poco conocida.
En las calles y el metro de Seúl se observaba hoy un número creciente de personas con mascarillas higiénicas en la cara.
"Casi nunca la había usado antes, pero estos días llevo la mascarilla puesta cuando salgo de casa porque estoy preocupada por el MERS, ya que si te contagias con el virus no hay vacunas ni tratamientos para curarlo", comentó a Efe en el centro de la capital la ama de casa Song Ji-hye, de 39 años.
Aunque aún la mayoría de surcoreanos camina por la calle con la cara descubierta, muchos de ellos confiesan que toman otras medidas preventivas, como lavarse las manos más a menudo y con desinfectante, o evitar las visitas a hospitales en la medida de lo posible.
El hospital en el que se detectó el primer contagio se encuentra en la provincia de Gyeonggi, mientras las autoridades sanitarias surcoreanas no han revelado datos sobre el resto de centros donde se trata a pacientes de MERS para evitar que cunda el pánico en sus alrededores.
Caída en los viajes
La alerta por el brote del nuevo coronavirus en Corea del Sur también está afectando al turismo, ya que unos 2.000 chinos y 500 taiwaneses han cancelado de momento sus viajes al país, según anunció la Organización de Turismo de Corea (KTO).
Mientras, las agencias de viajes del país esperan una caída este mes de entre el 15 y el 20 por ciento de turistas extranjeros, unos 70.000, por miedo a la enfermedad, informó la agencia local Yonhap.
"Mis amigos me decían que no viniera", comentó a Efe la china Dina Dai de 29 años y ataviada con una mascarilla de color azul, que asegura haber volado esta mañana a Seúl porque no le quedaba más remedio ya que está de viaje de negocios.
Aislamiento de contagiados
El Gobierno chino, por su parte, puso hoy en cuarentena en Hong Kong y la provincia de Guangdong a 88 personas por haber tenido contacto con un surcoreano que en los pasados días viajó allí sin saber que portaba la enfermedad.
Tras el contagio de un soldado las Fuerzas Armadas también han tomado medidas para evitar la propagación en sus filas, como aislar a efectivos con posibles síntomas del virus y establecer un equipo de respuesta a emergencias al que se sumarán el sábado otros cuatro especializados en epidemiología.
Las dos víctimas mortales dejadas de momento por el virus, una mujer de 58 años y un hombre de 71, fallecieron el lunes y el martes respectivamente, y ambas padecían importantes problemas de salud ya antes de ser diagnosticadas.
La enfermedad se detectó en Corea del Sur por primera vez a mediados de mayo, de mano de un hombre que había viajado a Catar y Baréin.
El MERS, que alcanzó su punto álgido hace aproximadamente un año en varios países de Oriente Medio, tiene una mortalidad del 40 por ciento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y no puede ser combatido con vacunas o tratamientos, aunque su contagio tampoco es fácil y requiere un contacto muy directo.
Unas 1.160 personas en 24 países han sido confirmadas como portadores del MERS-CoV desde que fuera detectado el primer caso en Arabia Saudí en 2012.