SANTIAGO.- "Hay dos exilios, el interior y el exterior. El tercero es la muerte. Hay también dos enemigos aparte de la muerte: el interior y el exterior. Cuando hablamos del enemigo interior no sabemos si se trata del diablo que nos posee, de un adversario político o de un gusano solitario. El enemigo exterior es mucho más temible, porque nunca lo hemos visto".
Estas palabras pertenecen a Raúl Damonte Taborda, dibujante y dramaturgo argentino que sufrió, por décadas, el exilio en Francia, y de por vida el rechazo social a su opción homosexual y la mirada crítica a su irreverente discurso artístico.
Es la vida, difícil para muchos, de un personaje conocido como Copi, él mismo de satíricas columnas en publicaciones parisinas, y de profundas caricaturas que marcaron una época y una generación.
Esto motivó a la compañía Les Lucioles, nacida del Teatro Nacional de Bretaña, a crear
Copi, un retrato, espectáculo multimedial -videos, animación, música y actores- que aborda la vida y obra de este personaje, fallecido en 1987 víctima del Sida.
En dicho montaje, que se estrena este jueves en sala San Ginés y que significa el cierre de una gira por Europa y América Latina, participan Elise Vigier, Pierre Maillet y Marcial di Fonzo Bo, director que se refiere a esta conmovedora y atractiva historia.
¿Cómo surge el interés por el dramaturgo Raúl Damonte?
"Estuvo ligado al hecho de que en Barcelona me pidieron hacer un espectáculo, y pensé que Copi y Barcelona van a la par. Cuando eliges un autor o una obra teatral siempre está ligado con una actualidad, con lo que uno vive, con el ámbito artístico de ese momento (1998, Festival de Barcelona). Coincidía con una ciudad activa y un tipo irreverente, y me parecía importante presentar en español a un autor latinoamericano, radicado en Francia".
¿Qué es lo atractivo de Copi?
"Es un autor de humor muy fuerte, una gran vitalidad y una inteligencia suprema. Copi trae con humor las cuestiones metafísicas, las más graves, habla de política, sexo, poder y de dinero. Da la palabra a los marginados con muchísima inteligencia y humor. Eso me parece importante, traer una risa muy fina, una visión del mundo particular, muy negra, muy cáustico todo".
Para este montaje, Les Lucioles seleccionó una serie de textos y dibujos realizados por el autor, como la célebre
Eva Perón y
El caracol y sus famosas caricaturas que, por años, divirtieron al público galo a través del semanario
Le Nouvel Observateur y
Libération.
"Como Copi estuvo prohibido en los años de dictadura, en la Argentina de los '70 hasta los años '85, hay un vacío que la gente no conoce, me pareció importante traer su obra, traducirla y difundir a este personaje argentino-uruguayo que evolucionó en los '70 en Europa, ligado a un movimiento artístico muy particular. Fue un momento en que se cuestionaron las formas, donde los dramaturgos buscaban nuevas formas, fue un período artístico muy fuerte y muy amplio".
¿Cómo abordan el exilio de Copi, quien lo miraba de dos perspectivas?
"Seguro. Es una cuestión en la obra de Copi: cuál es su relación en su lengua natal, su exilio, y justamente eso guió la columna vertebral de este montaje, que está hecho de fragmentos de obras, de novelas, de dibujos. Es un collage de Copi, es un poco descubrir al personaje a través de su obra. No es un montaje biográfico ni un homenaje póstumo".
Y Di Fonzo rememora el escrito
Río de la Plata: "Cuando encontramos ese texto, que Copi escribe como el prefacio de una novela que nunca escribió, donde él desarrolla esa cuestión del exilio, me parece un hilo conductor del espectáculo. Porque Copi expresa una gran libertad, es muy vital, y ésta puede venir de una situación tan cerrada como un exilio. A partir de una situación dolorosa, él se abre de una gran forma, con vitalidad, y escribe de modo divertido. Es mucho más difícil estar de buen humor que de mal humor, es una lección de vida y no impide una gran responsabilidad y visión del mundo".
¿Qué sensación te provocan los cómics de Damonte?
"Me pareció importante que figuren los dibujos ya que es una gran parte de la obra artística de Copi. Es impresionante ver a
La mujer sentada, personaje más célebre de las viñetas, y su mayor característica es la simplicidad, está con tres o cuatro pelos, está sentada y sobretodo no habla. Y cada vez que hay una burbuja con el texto, la burbuja después es un silencio, es muy becketiano todo".
Y añade el cuadro mágico y cruel del caracol. "Hay una escena con un caracolito, que viene a ver a la mujer sentada, muy pequeño, nada, y le dice
pienso suicidarme, y uno se agarra, se le cae la cara,
por qué le dice la mujer,
porque soy un caracol, y ella le dice
bueno, pero vamos, coraje, la vida siempre tiene horizontes maravillosos, y el caracol le dice
¡pero para los caracoles no!. Ella le recuerda que no es un caracol y él dice que sí lo es,
más caracol que yo, nadie. Eso es muy simple, y ella ve que verdad es un caracol, asqueroso y lo pisa".
Rescatas también la visión de Copi sobre la mujer y el sexo, ¿qué tanto influyó en su escritura?
"Copi era homosexual, él pone en escena toda una parte marginal, seres humanos descontrolados, siempre hay transexuales, caracoles, putas, árabes, pollos, gente lesbiana, gente muy marginal... cosmonautas, un poco insólita, delirio también. Al mismo tiempo hay una fascinación por personajes célebres, como Eva Perón, porque se ataca al mito directamente, a la forma de Shakespeare que escribe sobre la reina Elizabeth, hay actualidad política de la corona, lo hace muy directo. Copi hace de Eva Perón un personaje muy shakespereano. Hay un gusto también por el travestismo, le encantaba disfrazarse de mujer, ir y hacer escándalo y eso está siempre en su literatura".