SANTIAGO.- Estrenada un 15 de julio de 1985 en El Trolley, hoy, a 15 años de aquel acontecimiento, Ramón Griffero y el elenco de la compañía Teatro Fin de Siglo -con un par de premios de relevancia- retoman la nostálgica historia cinéfila de los años '40 conocida como "Cinema Uttopia".
Y ello se refleja en la disposición de los actores que, en pocos días, retomaron los textos y realizaron el montaje, con ensayos antes de las 09.00. "Hubo mucho trabajo, pues muchos tienen compromisos con teleseries, pero estar juntos un año y con la obra, seis meses, los ensayos se hacen más relajados", sostiene el director de la obra quien mantiene vigente su propia página web
www.griffero.cl.
Ahora el desafío está en el marco del Festival Teatro a Mil, con 13 funciones, a las 21.00, en la sala Providencia, "mucho más grande que nuestro debut en la sala San Ginés", a partir de hoy martes 9 de enero.
"Tiene algo de entretenido la sala de Providencia pues esto era el cine Marconi, de los años '40, y la obra tiene que ver con lo que ocurre en la platea de un cine y lo que ocurre en la pantalla del mismo cine. El cine dentro del cine, o sea se formará un atmósfera al entrar", sostiene este dramaturgo (Santiago, 1954), cuya obra obtuvo en 1999 el Premio Loth, en El Cairo, por "su contribución al desarrollo del teatro contemporáneo mundial", y en el 2000 fue distinguida con el APES local.
A su juicio, ¿cuál es el atractivo de "Cinema Uttopia" respecto de la oferta teatral internacional?
"Cinema Uttopia se estrenó hace 15 años, es un hito felizmente, pues marcó a una época con una propuesta artística en el teatro chileno y occidental. Fue un signo de resistencia bajo la dictadura por toda su creación. Ha sido traducida a varios idiomas y recibió el premio Loth, y ésta última versión estuvo seis meses en cartelera con éxito. Vamos a tener buena acogida, si consideras que para el estreno ya llevamos 180 tickets vendidos".
Sin duda, la propuesta escénica es uno de los puntos fuertes de la obra...
"Es un gran espectáculo; hay una escenografía que representa a un cine chileno de los años '40; además tenemos un gran elenco con Paulina Urrutia, Catalina Guerra, Pablo Schwartz, Pedro Vicuña, en fin, doce personas de un talento actoral en Chile, eso es un buen índice. Porque una buena obra, como las de Shakespeare, con malos actores, no funciona".
Griffero no deja de destacar lo mágico que se produce en el set. "Es como una película futurista, en que la proyección en la pantalla se transforma en real. Hay una especie de efectos especiales, muy mágicos, y conviven estos mundos, la nostalgia y el humor también".
Está optimista de su obra, ¿se puede extrapolar al teatro nacional con este festival?
"El Teatro a Mil refleja la gran fuerza del arte escénico, la diversidad de propuestas, y lo más importante es que se está generando desde nosotros, no se imita a París, Nueva York ni Roma; la mayor parte de las grandes obras son de autoría nacional".