SANTIAGO.- En octubre de 1856 empieza a publicarse la obra en capítulos en "La Reveu de Paris", y como algunas de sus escenas causaron cierto escándalo, el escritor Gustave Flaubert fue procesado por ofensas a la moral.
No obstante, en febrero de 1857, tras un resonante proceso, fue absuelto de estas acusaciones, y la publicación de la novela en forma de libro constituyó un enorme éxito.
Es parte de la historia de "Madame Bovary", un texto que se constituyó en una verdadera avanzada del naturalismo francés en medio del romanticismo reinante, pero en decadencia; esta novela, cumbre en el currículo de Flaubert, es el nuevo título de la colección "Huellas de Siglo" de editorial Cuarto Propio.
La colección se enmarca en la "Campaña de democratización de la lectura" patrocinada por Unesco y la División de la Cultura del Ministerio de Educación. Dentro de tal objetivo, en la recién pasada Teletón, el sello donó 35 colecciones de "Huellas de siglo", que serán distribuidas en los siete institutos de rehabilitación a lo largo del país.
OBRA Y AUTOR
La historia es quizá un tópico recurrente: el tedio social de la adormecida campiña francesa. Pocas veces hay un retrato tan perfecto de la mediocridad, de lo cotidiano, como el de "Madame Bovary". No se trata tanto de la mediocridad del entorno, como de la vida secreta de la protagonista en cada página.
Si el juego de la vida siguiera su monótono y perfecto devenir, tal vez la historia de Emma Bovary no pasaría de ser una narración cotidiana. Pero no es así. La tragedia asoma en cada página y ella se encargará de entorpecerlo todo. Su espíritu apasionado la ayudará a construir el espacio perfecto para el desastre.
¿Quién es su autor? El francés Gustave Flaubert, nacido en Ruán, en 1821, y que falleció víctima de una hemorragia cerebral, en 1880.
En 1846 se instaló en su finca de Croisset para dedicarse sólo a la literatura. En 1856, después de cinco años de trabajo, publica "Madame Bovary", por la que es procesado por "escándalo público" y absuelto en 1857.
En "Madame Bovary", el autor -con sus frías y precisas descripciones y sus enfoques cruelmente irónicos y desesperanzados- se convirtió en una avanzada del naturalismo francés. Su inexorable objetividad inaugura una nueva época en la literatura frente al romanticismo reinante, pero ya en decadencia.
