RIO DE JANEIRO.- Después de siete años alejado de los escenarios, Axl Rose, líder de la banda estadounidense "Guns N' Roses", se tomó hoy la revancha con una presentación arrolladora en Río de Janeiro.
Casi una década después de entrar al firmamento del rock mundial, algo cambió para el cantante de "Guns". Axl ya no es un veinteañero ni tiene a su lado al guitarrista Slash, con quien formaba el cerebro musical de la banda.
Pero en el concierto que cerró esta madrugada la tercera jornada del festival Rock in Río, Axl, de 38 años, mostró que aún sabe como pocos llevar al público hasta el "climax".
Los casi 180.000 espectadores reunidos en la "Ciudad del Rock" estallaron cuando, tras unos 40 minutos de retraso, los altavoces llevaron a todos la eléctrica voz de Axl.
Axl, con unos kilos de más, se tomó su tiempo para agradecer a los fans, criticar a los ex integrantes de la banda y cambiar su antigua imagen de "enemigo público" por la de buen muchacho.
"Sé que muchos de ustedes están desilusionados porque algunos de los integrantes que conocieron y amaron no están hoy con nosotros", dijo al público.
El vocalista apuntó sus dardos contra los antiguos compañeros y a los críticos musicales, aunque ni de lejos recordó aquel dragón que escupía odio en el mundo del rock de fines de los '80 y comienzos de los '90.
"Tenemos muchos seguidores en Brasil y en el resto de Sudamérica y los amamos mucho", dijo Axl Rose, que llegó a pedir que brasileños y argentinos "no se maten en el próximo partido" de fútbol entre sus selecciones.
El músico dijo al público que leyó muchas críticas a su banda en la Internet y no tuvo problemas en afirmar que la red "parece ser una gran basura" en un festival patrocinado por el proveedor América Online (AOL), cuyos gigantescos logotipos están esparcidos por toda la "Ciudad del Rock".
De la mano de Axl, el grupo hizo temblar a la audiencia con una larga lista de sus antiguos éxitos. Canciones como "Sweet Child'O Mine", "Patience", "November Rain" y "Mr. Brownstone" provocaron una explosión en el público.
Además, la banda presentó temas nuevos, como "Chinese Democracy" y "Madagascar".
Precedida por un grupo de tambores y bailarinas de la "escuela de samba" carioca Viradouro, la banda cerró su presentación en el medio de la madrugada con "Paradise City".
Antes de dejar el escenario, Axl abrazó y llevó a las lágrimas a su secretaria, que es brasileña y hoy le hizo de intérprete, y dijo que regresaría a Brasil dentro de un año.