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Galaz se refiere a deuda del cine con la historia pendiente

El cineasta Cristian Galaz señaló en Madrid que el cine chileno tiene cuentas pendientes con la historia reciente del país.

13 de Febrero de 2001 | 12:59 | DPA
MADRID.- El cineasta chileno Cristian Galaz aseguró hoy en Madrid que el cine de su país tiene una deuda pendiente con la historia, sobre todo con la reciente.

"Una cosa es la política en el cine y otra cosa la historia", puntualizó Galaz, quien señaló que se ha escrito mucho sobre la historia reciente del país pero apenas se ha hecho cine abordándola.

Para el director de la exitosa "El chacotero sentimental", desde ciertos sectores interesados se ha subrayado que el cine chileno es muy político, "y la verdad es que si uno ve las películas denominadas políticas no ve nada".

Galaz considera que el golpe de Estado que vivió su país en 1973 ya es historia, pero que otro tema es el de las violaciones de los derechos humanos y en este sentido prepara ahora prepara ahora "Pisagua".

La película lleva el nombre de una localidad al norte de Chile que fue ulitilizada durante la dictadura como campo de concentración y narra la historia del conocido humorista chileno Jorge Navarrete, que pasó allí los primeros 40 días que se sucedieron al golpe que encabezó Augusto Pinochet (1973-1990).

Para sobrevir a aquella trágica situación en la que se torturaba y mataba a gente, relata Galaz, a Navarrete se le ocurrió actuar, cantar y contar chistes para animar a los prisioneros. El humorista reveló esto apenas unos años atrás.

"No es una historia de política, es una historia de derechos humanos. Es historia de nuestro país que no ha sido contada", concluye el realizador.

Galaz siente que es ahora cuando hay que hablar de estos temas: "Desde la detención de Pinochet en Londres la cosa ha ido cambiando vertiginosamente", afirma.

El realizador, que en la actualidad también está impulsando un proyecto de ley para el cine, presenta su película en un ciclo que la madrileña Casa de América dedica al cine chileno de jóvenes realizadores.

Hasta fin de mes se verán también en este marco las óperas primas de Jorge Olguín, "Angel Negro", de Martín Rodríguez "Campo minado", "LSD", de Boris Quercia o "Mi famosa desconocida", de Edgardo Viereck.

Todos ellos integran la nueva hornada de realizadores que además coinciden en su propósito de hacer un cine "más hecho de cara a la gente".

Estos realizadores no sólo vienen a refrescar el panomara cinematográfico del país, que acaba de pasar un época de sequía con apenas un par de producciones al año, sino también han conseguido aventurarse en otros terrenos hasta ahora inexplorados. De este modo, Olguín rodó la primera película de terror chileno, Bowen el primer largometraje de aventuras y Quercia debuta rodando en video digital.


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