Santiago.- "Tengo miedo Torero", se titula la primera novela del chileno Pedro Lemebel, lanzada esta semana a la venta y que, como toda su obra, concentrada en volúmenes de crónicas urbanas, cruza la sociedad chilena con una mirada homosexual que rompe esquemas y convencionalismos.
"Con este libro le he perdido el miedo a la Catedral novelera", reflexionó Lemebel en una reciente entrevista con el diario "La Tercera", en la que además dijo que no cree que su destino sea la narrativa de largo aliento.
La primera novela de Pedro Lemebel (Seix Barral) está ambientada en 1986 y cuenta el amor de una "Loca" (homosexual) por un participante en el atentado que el ultraizquierdista Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) cometió en septiembre de ese año contra Augusto Pinochet.
"Son personajes aparentemente antagónicos, pero la urgencia de esos tiempos los reúne y los acaricia con ese peligro clandestino de balas y ternura", explicó el autor de la novela, cuya presentación oficial será el 27 de abril.
Como todas las creaciones de Lemebel, "Tengo miedo Torero" está escrita desde la marginalidad homosexual, cruzada por la contingencia política y amalgama, con un lenguaje plagado de imágenes barrocas, palabras mordaces y gestos amorosos.
"Me salió como un metrallazo de metáforas", comentó Lemebel, que negó que sea una obra autobiográfica y afirmó que algunas coincidencias de la historia con la realidad "son pura coincidencia".
Desde hace algunos años los chilenos han comenzado a acostumbrarse a la figura de este escritor (Santiago, 1954), que desde lo alto de sus tacones aguja, apretados pantalones de cuero, pestañas cargadas de rimmel y un cigarrillo apretado entre inmaculados dedos femeninos lanza dardos que estremecen y conmueven.
En los años 80, Lemebel formó parte del colectivo homosexual "Las Yeguas del Apocalipsis", cuyas "perfomances" hicieron historia: fueron los primeros en hacer "velatones", consistentes en tapizar espacios públicos de velas encendidas, en homenaje a las víctimas y denuncia de los crímenes de la dictadura.
Las "Yeguas" bailaron cueca -baile tradicional chileno- descalzos sobre vidrio molido para graficar lo sangriento de la época y abrazaron eufóricos, tras el plebiscito de 1988, a un asombrado Patricio Aylwin al grito de "Las Locas también queremos la democracia".
Pedro Lemebel desarrolló el arte de la crónica urbana en un programa de radio y en sus libros "Incontables" (1986); "Loco Afán (Crónicas del Sidario-1994)", llevada recientemente al teatro; "La esquina es mi corazón" (1995) y "De Perlas y Cicatrices" (1996).
En la actualidad, cuando sus textos son objeto de talleres especializados y cursos de posgrado en universidades estadounidenses, es colaborador habitual de la revista "Rocinante" y del periódico "The Clinic", desde los que continúa escudriñando la sociedad chilena con una mirada coliza (homosexual) que a nadie deja indiferente.
El aval de escritores como Roberto Bolaño, que lo considera el mejor exponente de la nueva narrativa chilena, le depararon el interés de algunas editoriales internacionales por publicarlo e invitaciones a encuentros literarios como la Feria del Libro de Guadalajara (1999).
Lemebel recuerda que durante la dictadura, la mayoría de los homosexuales eran partidarios de Pinochet, por lo que considera que, de cierta forma, la novela es un homenaje a aquellos que tuvieron el valor de oponerse.
"Un homenaje a esos colizas que en la Jota (Juventudes Comunistas), en el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y en el Frente (FPMR) participaron activamente en la vuelta de la democracia. Claro que ocultos bajo las barbas y el poncho... o camuflando metralletas como arreglos florales", explicó.
"Tengo Miedo Torero" está llena de personajes reconocibles para el lector: presentadores de televisión, artistas y gente del "jet set" criollo pugnando por agradar al régimen, porque, según Lemebel, "aún falta por desenmascarar a un montón de personajes".
"¿Sabías tú que nueve de cada diez personajes admirados de la sociedad chilena fueron golpistas?", concluye.