ATLANTA.- Una disputa sobre la novela acerca de la guerra civil estadounidense "Gone with the Wind" (Lo que el viento se llevó) fue llevada el miércoles a la corte, para tratar de detener la publicación de una parodia llamada "The Wind Done Gone".
La sucesión de la extinta novelista Margaret Mitchell alega que la novela de Alice Randall, que está prevista a ser publicada en junio, infringe los derechos de autor de "Gone With the Wind" y busca obtener un interdicto.
Sin embargo, los editores de Randall, Houghton Mifflin, respaldados por un grupo de figuras literarias que ha acudido en defensa de la novelista novicia Randall, dicen que la autora simplemente ha realizado un ejercicio literario de parodia.
El juez federal de distrito Charles Pannell presidía el miércoles una audiencia en Atlanta sobre la demanda entablada por la sucesión Mitchell, que intenta la prohibición de la publicación de "The Wind Done Gone".
La obra de Randall está escrita como el diario íntimo de una mujer de raza mixta -que podría ser una media hermana de la bella heroína sureña de "Gone with the Wind", Scarlett O'Hara- en una plantación de Georgia después de la guerra civil.
Randall y su editorial arguyen que "The Wind Done Gone" simplemente visita de nuevo el mundo de un libro famoso y no viola la ley de derechos de autor.
Pero un abogado de la Sucesión Mitchell, Tom Selz, dijo a la prensa local que Randall comete el "robo de personajes principales" de "Gone with the Wind".
La novela de 1936 de Mitchell que transcurre en una plantación sureña durante y después de la guerra civil, es conocida por muchos estadounidenses por medio de la muy popular película de 1939, protagonizada por Vivian Leigh y Clark Gable.
Simon & Schuster publicó la secuela autorizada de Alexandra Ripley, "Scarlett", hace 10 años.
Pero la descripción de los esclavos negros y el fondo de apoyo y aliento a los protagonistas blancos que hace la novela original, es ofensiva para muchos estadounidenses de ascendencia africana.
La editorial cree que la novela de Randall apelará a los afroestadounidenses y lectores de otras razas "en problemas por el cuadro expuesto en la novela de Margaret Mitchell", dijo a principios de este mes Wendy Strothman, vicepresidenta ejecutiva de Houghton Mifflin.
Strothman subrayó que la compañía conoce bien la ley de derechos de autor, pero dijo que la obra de Randall no es un recuento o una continuación y que los autores tienen el derecho a parodiar otras obras.
Randall, que es negra, señaló en un comunicado emitido el mes pasado que los afroestadounidenses estuvieron en un tiempo privados de la lectura y la escritura.
"Me entristece y me rompe el corazón de que existan personas que traten de poner obstáculos para que una mujer negra cuente su historia, y la historia de su gente, por medio de la escritura", expresó.
Entre los autores que han defendido la obra están el novelista Harper Lee, autor de "To Kill a Mockingbird" (Matar un ruiseñor), y la premio Nobel Toni Morrison.
Morrison presentó el lunes una declaración ante la corte de Atlanta, en la que se opone a los esfuerzos de bloquear la novela de Randall.