Más de veinte años demoró en ser editado uno de los discos más singulares de la banda folclórica chilena. Dos décadas de intensa leyenda, peligros y miedos. Pero como la historia es cíclica, dicen, "El grito de la raza" llega en su mejor momento.
Por Pablo Márquez F.
(27/04/2001)
Roberto Márquez sonríe y mira hacia el techo. "En ese tiempo vivíamos al borde de la navaja, ni siquiera sentíamos tanto el peligro", dice con algo de orgullo el rostro más emblemático del grupo Illapu.
Los ensayos de la banda ya han terminado. La próxima semana una nueva gira los llevará a Europa y hay que trabajar duro. Y mientras el resto de los músicos se dispersa, el compositor y cantante, a dúo con su hermano José Miguel, acepta el juego de detener un poco el tiempo para hablar del pasado. Y la excusa se llama "El grito de la raza".
El histórico álbum del grupo nortino, grabado en 1978 y que nunca antes pudo ser editado, recién verá la luz esta semana gracias al acuerdo que Illapu firmó con una multinacional para recuperar parte de su discografía inicial. Y a pesar de los años de distancia, dicen los hermanos fundadores del grupo, la placa no pudo haber llegado en un mejor momento.
"Los acontecimientos lo ameritan. Ahí están los problemas con las etnias del sur", explica Roberto Márquez. "En el norte, los aymaras tienen graves conflictos por la distribución de sus aguas... Lo que pasa en Ecuador, en México, con varias etnias de América, hace que este disco tenga plena vigencia hoy".
"El grito de la raza", registrado en los desaparecidos estudios Acus, en la calle Compañía, es un disco conceptual cuyo discurso gira en torno al rescate de la cultura y tradiciones de los diferentes pueblos aborígenes del continente.
Con textos del ex Illapu Osvaldo Torres - músico estudioso del tema, quien en esos años sólo trabajaba como asesor del grupo- y breves segmentos recitados alusivos al tema - a cargo de la actriz Rosa Ramírez, "La negra Ester"- , la placa recorre de norte a sur las raíces musicales de nuestro continente. Un proyecto osado para ese tiempo y que fue concebido como una especie de reivindicación del género folclórico.
"A partir de nuestro éxito con "Candombe para José", entre 1976 y 1977 hubo un verdadero boom de música andina en Chile. Nuestra versión de la canción (original del argentino Roberto Ternán) se hizo muy popular. Esa mezcla de candombe con huaino, a la que le incluimos charango, le gustó mucho a la gente y desató un verdadero boom...", recuerda Roberto Márquez. "El asunto se puso de moda y toda la gente se compraba charango, zampoñas y quenas. Era un exceso. Habían grupos de música andina hasta en Punta Arenas, algo bastante absurdo porque en Chile hay otras vertientes del folclor, como la música chilota o la mapuche...".
- Y ustedes decidieron hacer este disco para poner las cosas en su lugar...
"Fue más para reivindicar a las otras culturas que había dentro de Chile y otras etnias americanas...", responde José Miguel Márquez. "Para Illapu fue ampliar su universo musical. Tocamos ritmos chilotes, por primera vez incorporamos trutrucas para hacer ritmos mapuches, hicimos periconas, quisimos darle profundidad a distintos ritmos para diferenciarnos de la gente que tocaba música andina sólo por moda".
Gira Eterna
Seguimos en el pasado. Fines de los 70. Illapu - en ese tiempo formado por los hermanos Jaime, Roberto, Andrés y José Miguel Márquez, más las percusiones de Eric Maluenda- aprovechaba sus minutos de fama liderando el boom andino, junto a Enrique Maluenda, como invitados frecuentes al programa "Dingolondango", de Televisión Nacional, y como asiduos a "Esta noche fiesta", de canal 13, animado por César Antonio Santis. Pero la bonanza no iba a durar mucho.
"Lo único bueno de la moda andina de esos años es que, por un tiempo, ayudó a mirar mejor una música que sonaba a desconfianza, que representaba cosas que a la dictadura no le interesaban. Sirvió para que se perdieran los miedos a tocar zampoña y charango", recuerda Roberto Márquez.
Ya involucrados en acciones sociales, como organización de conciertos para comedores infantiles y bolsas de cesantes, Illapu terminó de grabar "El grito de la raza" y tuvo la oportunidad de presentarlo en vivo en el Teatro Cariola (junio de 1978) y el Gran Palace (abril de 1979). El paso que faltaba era editarlo como disco. Claro que nunca pensaron que tendrían que esperar más de dos décadas para eso.
"Justo en ese tiempo nos fueron marginando rápidamente de todas las cosas oficiales. Primero nos sacaron de la tele. Le prohibieron a los productores del canal 7 que nos contrataran. Después nos prohibieron en las municipalidades y llegamos a 1979 en un momento muy difícil", sigue haciendo memoria Roberto Márquez. "Tanto, que en los conciertos convivíamos en los camarines con agentes de la CNI que buscaban bombas, panfletos o lo que fuera. Teníamos que pedir permiso con dos meses de autorización para hacer un recital y apenas una semana antes, con suerte, nos autorizaban. Y en esa semana había que preocuparse de que la gente se enterara de que había un concierto y llegara".
La idea de la banda era editar el álbum a principios del 80, un mes después de una gira que tenían ya confirmada para Europa. "Dejamos la grabación, ya mezclada, y nos fuimos a la gira de la que nunca volvimos... Llegamos exiliados a Francia y allá volvimos a recomenzar nuestra carrera, pero no podíamos abrir un mercado con un disco de ese tipo. Y "El grito de la raza" quedó postergado, nunca más lo retomamos hasta hace un par de años", cuenta José Miguel.
- ¿Con más de 20 años de distancia, cómo ven y sienten el disco ahora?
"Fue una manera diferente de hacer música, más simple si se quiere", sigue el hermano de Roberto. "Era más fácil hacer música en esa época, porque manejábamos plenamente todos los instrumentos que usábamos. Eramos autodidactas y por eso ahora nos costó muy poco montar la obra", dice refiriéndose a los ensayos para presentarlo en vivo (ver recuadro). "Somos una banda con una exigencia musical mucho mayor que la de aquellos años".
- ¿Se puede decir que "El grito de la raza" marcó un hito en su carrera?
"Nos abrió la cabeza... Marcó, de todas maneras", reflexiona Roberto Márquez. "El disco marca una división entre el Illapu inicial de música andina y el que sale después, con inquietudes mucho mayores. Es el punto de partida de un grupo que comienza a tener una visión más continental".
Agenda Folclórica
"El grito de la raza" es el primero de un total de ocho discos de Illapu que serán reeditados, en formato disco compacto, bajo el contrato con Warner Music. Para fin de mayo se espera la salida de "Música andina" (1972), "Chungará" (1975) y "Divagaciones" (1988).
La colección quedará completa a fines de septiembre con la salida de los restantes cuatro álbumes, entre ellos una grabación inédita en vivo en el Thétre de la Ville, en Paris.
Una vez que la banda regrese de su nueva gira a Europa, los planes son presentar "El grito de la raza" a principios de junio en un escenario capitalino. Luego, la agenda ordena concentrarse en la factura de un nuevo disco de canciones inéditas que, según pauta, debería ver la luz en octubre.