WASHINGTON.- Una huelga amenaza a la Meca del cine y ya obligó a los estudios de Hollywood a intensas negociaciones para evitar que el combativo Sindicato de Guionistas declare un paro a partir de la medianoche de mañana martes.
Si no llegan a un acuerdo, los guionistas de cine y los autores de las series de televisión -que totalizan unos 11.500-, podrían comenzar una huelga que pondría en alerta a la industria del espectáculo.
Aún más amenazante se perfila el vencimiento del contrato del Sindicato de Actores (con más de 135.000 inscriptos) el 30 de junio próximo.
Una doble huelga podría asestarle a la capital mundial del entretenimiento un golpe fatal.
Según el alcalde de Los Angeles, Richard Riordan, el daño económico para la ciudad rondaría los 7.000 millones de dólares, con la pérdida de casi 100.000 puestos de trabajo para la industria, desde vestuaristas hasta conductores de limousines.
El alcalde solicitó la intervención del ex senador George Mitchell, el enviado especial estadounidense que negoció la paz en Irlanda del Norte.
La disputa entre el Sindicato de Guionistas y los Estudios cinematográficos es por los pagos de las preventas secundarias, es decir las ganancias de los filmes y series en los mercados internacionales, como por ejemplo las ventas a la TV vía cable, y los ingresos por los videocasetes o DVD.
La diferencia entre ambas partes es de alrededor de 100 millones de dólares.
Si para la medianoche de mañana martes no llegan a un acuerdo, el sindicato enviará un referendum entre sus miembros para obtener la autorización para realizar una huelga.
De esta manera, cuando reciban luz verde para el paro, podrá ejercer una mayor presión sobre los estudios.
Mientras tanto, ambas partes acordaron un "silencio informativo" respecto a las negociaciones en curso.
En caso de llegar a la huelga, las víctimas inmediatas serán los programas de la media tarde, ya que los guiones se escriben prácticamente en el momento, así como los talk shows de la noche.
En segundo lugar estarán las series y los dramas televisivos que en pocas semanas sentirán las consecuencias de la huelga de escritores.
El paro de actores, en cambio, perjudicaría notablemente los filmes en plena producción.
