LYON.- La VI Bienal de Arte Contemporáneo de Lyon (este de Francia), que se inaugura el sábado, abolió las fronteras entre las artes: la escultura es sonora; la música, visual, y la danza se expone.
Esta declaración de los comisarios Thierry Raspail y Thierry Prat se basa en una constatación: la creación visual toma hoy formas que "se sobreponen e imbrican, al punto que a veces no pueden ser disociadas".
De esa realidad surge una "connivencia" entre las artes visuales y vivas, entra la forma plástica, el sonido, el movimiento y la danza, la palabra, el cine, el teatro, la fotografía y, por supuesto, el video, que pasará a ocupar un lugar privilegiado.
"Lo que nos interesa son los intersticios, la indecisión del sonido que colorea el espacio, la complejidad del mundo, el gesto danzado que se expone, la resistencia de la imagen", afirma Thierry Prat.
Quedaba la tarea de encontrar "profesionales intersticiales" que se situaran "a caballo en la cima, de un lado y otro de las múltiples laderas y valles, que supieran ver en las obras que conciernen siete campos". Siete comisarios fueron elegidos por esa capacidad de desbordamiento.
Anne Bertrand, que escribió sobre el arte, la fotografía, la imagen animada (video o cine) y literatura, se ocupa de las "imágenes irreductibles", fotografías que se sitúan unas en el reportaje y otras en la creación asistida por computadora. Habrá un deslizamiento de lo cotidiano hacia la ficción, pasando por lo virtual, con 17 artistas invitados.
En lo que respecta al cine, Jean-Marc Chapoulie optó por mostrar veinte películas, todas inéditas: se trata de "no-películas" de "no-cineastas", porque "se ruedan cada día, como el panadero vende el pan, miles de películas llamadas de familia, de aficionados, de anónimos... invisibles".
La danza está en todos lados, sostiene Yvane Chapuis. En los primeros pasos de un bebé, en las olas de un mar agitado, en el tránsito de los taxis neoyorquinos, en un extracto de película de kung fu. La danza en Lyon no será, pues, convencional.
Laurence Dreyfus se ocupó del mundo de los juegos de video, "una cultura que se nutre del universo de lo fantástico, de los manga -los cómics japoneses-, de los juegos flipper, del cine y de la música". La Bienal tendrá también un sesgo lúdico.
Por su parte, el director teatral y dramaturgo Klaus Hersche presentará una pareja que "pese y gracias a un desconocimiento casi total del teatro, de la danza y de la música, realiza espectáculos a los que a nosotros nos encantaría asistir".
Finalmente, la música, o más bien las "entremúsicas" fueron confiadas a Richard Robert, que seleccionó músicos inclasificables; en tanto Guy Walter se las arregla para que tres autores trasladen la literatura fuera de sus libros.