SANTIAGO.- Tras el premio Las Dos Orillas, del Salón de Gijón, por el libro
Los siete hijos de Simenon, Heredia -el personaje detectivesco creado por Ramón Díaz Eterovic- se puso a nivel mundial, lidiando con las crónicas de maestros del género novela negro, como Raymond Chandler y Dashiell Hammet.
Es más, las andanzas de este investigador pobretón, algo alcoholizado, que escucha en su añosa radio a Bach y tangos gardelianos, que en su estantería metálica luce textos de Dickens y Hemingway, serán conocidas por italianos, suizos, franceses, alemanes, portugueses, griegos, austríacos, por nombrar algunas nacionalidades lectoras.
Ahora, para agosto, Díaz Eterovic ataca con su nueva novela,
El ojo del alma que, a diferencia de sagas anteriores, tiene implicancias internacionales -agente de la CIA de por medio- y remembranzas a los años universitarios.
Ramón, ¿de qué trata tu reciente trabajo policial? ¿en qué embrollo se mete Heredia?
"A Heredia lo viene a ver un amigo porque ha desaparecido, de repente, sin dejar rastros, un antiguo compañero de la universidad que, a su vez, era dirigente de un partido político. Los jefes del partido lo quieren ubicar rápido porque es un tipo que va a ser candidato a diputado, que sé yo... En su pesquisa, Heredia encuentra una foto que se habrían tomado en tiempos universitarios: aparece él, el desaparecido y siete tipos más, de los cuales dos han muerto en años anteriores, y están marcados con unas cruces. Le hace pensar que alguien está tomando una venganza por algo que pasó en la época de la universidad".
Es tiempo de que Heredia se ponga a hurgar en los recuerdos...
"Empieza a visitar a toda la gente que está en la foto, y sirve a Heredia y a mí para reflexionar sobre los cambios en la conducta, en la vida, de gente de mi misma edad. Algunos son empresarios, otros están marginales. Con la ayuda de un viejo informado en materia política, descubre que en el fondo lo que hay es querer ocultar una traición que hubo en el pasado".
Historia, con tintes partidarios e internacionales, que Díaz Eterovic no descarta de tener un asidero en la realidad chilena de años atrás. "Hay muchas historias de cosas que viví, me contaron, de la actividad política de los años 80; pero la historia en sí es imaginada, aunque no descarto que en algunos partidos, en algún momento, hubo infiltrados, espías, delatores".
A propósito de espionaje, ¿cuál es tu visión del trabajo de un investigador policial y el de un espía?
"En literatura, el detective se mueve con cierto código moral más estricto, la idea de la justicia, buscar la verdad, muchas veces proteger a la víctima; tiene ciertos principios el detective de conducta humana: no traicionar al amigo, decir la verdad; en cambio el espía actúa por causas ideológicas y, si no, es comercial, mercenario, sus actos están orientados por dinero o ideología".
¿Y la causa de un escritor de novela negra en Chile? ¿Qué se siente nadar contra la corriente lectora?
"Ser escritor es como algo extraño. Es lo que más felicidad me provoca, pero de repente es como tener un oficio que mucha gente no considera oficio. En Chile es muy difícil vivir como escritor, por el tiraje de los libros, la baja lectura, y por otro lado, esta satisfacción de saber que hay gente que te lee, le gusta lo que tú haces, es decir vale la pena, es gratificante ¿Escribir novela negra? Es un país en que hay prejuicios por el género, por decirlo en términos hípicos es escribir con algunos
handicap, es partir con algunas desventajas sobre todo en lo que se refiere a difusión y crítica, aunque de ésta no tengo nada de que quejarme".
Camilo Marks, uno de los prestigiosos críticos literarios locales, apuntó de Díaz Eterovic: "Es el único chileno que ha sabido otorgar dignidad, credibilidad y valor literario a la novela policial escrita en el país". Algo que llena de satisfacción a este autor, que ya tiene en la fila de espera a su próxima novela en las máquinas impresoras de LOM.
"Tengo una novela inédita que se llama
El hombre que pregunta, se va a publicar el otro año. Heredia investiga la muerte de un crítico literario, que es la víctima de la novela, el malo es otro. Descubre que hay un escritor que gusta a su vez de un escritor negro, un tipo al que tú le pagas, medio pollo, que le escribe las novelas. El crítico descubre eso, al criticar las primeras y últimas obras, descubre algo raro, lo va a denunciar y lo eliminan. Eso investiga Heredia".
Y a más largo plazo, Ramón Díaz Eterovic tiene un proyecto con peruanos: "Quiero escribir algo sobre el tema del racismo en Chile, somos bastantes racistas y quiero vincularlo a esta presencia de peruanos en Santiago; además se han instalado en el barrio de Heredia, de Catedral hacia el norte; tengo la muerte de un peruano, unas 15 páginas, que es probable que vaya por algo de narcotráfico, y Heredia lo investiga".
Díaz Eterovic vuelve con Heredia y en varios idiomas
Exclusivo: capítulo uno de novela "El ojo del alma"