ROMA.- Este martes 24 de julio, el cineasta italiano Ermanno Olmi cumple 70 años y los festejará yendo al hospital para que le saquen el yeso de una pierna que se fracturó al caerse tiempo atrás en su casa.
"Brindaré con médicos y enfermeros -dijo Olmi- y mientras tanto paso las tardes mirando el bosque de Asiago que está frente a mi casa".
Olmi acaba de estrenar con gran éxito de público y de crítica "Il mestiere delle armi" (alabado en Cannes pero ignorado por el jurado), que tardó tres años en realizar y que reconstruye los últimos días de vida de un caudillo militar del Renacimiento, Juan de las Bandas Negras, muerto al servicio del papa Clemente VII, su tío.
"Es un cumpleaños importante -aclara Olmi con respecto a sus 70 años- y lo espero con una serenidad total porque me hace pensar que cuanto más pasa el tiempo más me deshago de los pesos inútiles y veo el mundo a mi alrededor con esa pizca extra de sabiduría que es una de las grandes conquistas de la edad".
"Me he vuelto alérgico a la estupidez injustificada -añade Olmi- a esa banalidad disfrazada de seriedad que a menudo es presunción y que lamentablemente es un defecto de los que piensan tener el derecho de reflexionar en lugar de los otros. Tolero, en cambio, más aún acepto, la estupidez inocente que no quiere hacerse pasar por inteligencia".
Y refiriéndose a la simplicidad narrativa de su último filme, alabada por toda la crítica, dice que "la ventaja de hacer cine es poder sedimentar en el papel la propia racionalidad y dejar guiarse por la emoción por todo lo que está delante de la cámara, ya sean seres humanos o cosas".