WASHINGTON.- Los jueces de la Corte Suprema de Manhattan enviaron a Robert de Niro y su ex mujer, Grace Hightower, a realizar una terapia psicológica, tras los "golpes bajos" que se intercambiaron en la batalla legal por la tenencia de su hijo.
En el último capítulo de la saga que envuelve al pequeño Elliott, de tres años, que al parecer sufre de problemas del desarrollo, Hightower le pidió al juez que imponga un test anti drogas a su ex marido.
Según la mujer, De Niro no es capaz de manejarse en las visitas a Elliott sin su presencia o la de una tercera persona, debido al uso que hace el actor de la droga.
De Niro lo niega, afirmando que si hay una persona en la familia con problemas es justamente ella, la madre, una mujer a la que califica de "irascible".
La acusación por drogas al parecer es una represalia después de que el actor denunciara a su ex mujer por una agresión en pasado mayo, mientras la pareja paseaba en el yate del cantante de salsa Marc Anthony. En una escena de celos, Grace le habría dado un puñetazo a De Niro en las costillas, rompiéndole una.
Mientras espera la opinión del psicólogo, el juez rechazó el pedido de Robert de Niro de estar solo con su hijo durante las visitas. Por ahora, por lo tanto, siempre deberán estar la madre, a niñera o la maestra del jardín de infantes.
