VENECIA.- El realizador estadounidense Steven Spielberg abrió con "A.I", presentada hoy en el Festival de Venecia, el debate futuro sobre la posibilidad de establecer vínculos de afecto entre los robots y los humanos.
La película, exhibida fuera de concurso, contó con un mensaje previo de Spielberg, quien excusó su ausencia del Festival, dado que ultima la postproducción de su próximo proyecto, y que le permitió explicar el origen de "A.I", siglas en inglés de "Inteligencia Artificial".
La idea original fue del cineasta Stanley Kubrick, que trabajó en ella durante años antes de su muerte en 1999 y que incluso propuso a Spielberg la dirección, mientras él se hubiera ocupado de la producción, por entender que la historia era más adecuada para la sensibilidad del autor de la saga de "Indiana Jones" y "ET".
La colaboración no fructificó, aunque tras la muerte de Kubrick, hace dos años, Spielberg retomó el proyecto y en un par de meses escribió el guión que ahora ha llevado a la pantalla.
La historia es una recreación de "Pinocho", el cuento del italiano Carlo Collodi, ya que en un mundo futuro los científicos son capaces de desarrollar un niño robot que alivie las penas de una madre por su hijo gravemente enfermo.
Desalojado de la casa por una serie de circunstancias, el niño emprenderá una aventura en busca del "hada" que le permita dejar de ser un robot y convertirse en una persona real.
A través de este viaje, que culmina en un Manhattan irreal inundado por las aguas, Spielberg plantea el debate de hasta qué punto las futuras máquinas serán capaces de tener buenos sentimientos y ser correspondidas, y apunta igualmente el caso de clonar a personas ya muertas.
Pero más allá de su visión futurista, "A.I" es una superproducción dividida en tres partes en las que Spielberg alterna el intimismo de algunas de sus películas con la espectacularidad de otras, con guiños tanto al sentimentalismo como al humor.
El protagonista es el pequeño Haley Joel Osment, que saltó a la fama con su papel en "The Sixth Sense" y que ahora es este nuevo "Pinocho" necesitado del cariño materno.
A sus trece años, Osment declaró hoy en Venecia que disfrutó mucho con esta película y que no está angustiado por el éxito. "Mi vida personal sigue normalmente. Me gusta actuar, pero no me siento obligado a nada", sostuvo.
La película de Spielberg fue uno de los "platos fuertes" de esta jornada, en la que el francés Philip Garrel presentó, en la lucha por el León de Oro, "Sauvage innocence", una escabrosa historia sobre la droga.
Rodada en blanco y negro, Garrel ha querido así dar un homenaje a su admirado Jean Luc Godard y en general a los cineastas de la "Nouvelle Vague" que rechazaban el color por entender que era la fórmula de Hollywood.
La película, bien recibida por el público, es metacinematográfica, ya que narra un rodaje sobre la muerte de una modelo por sobredosis de droga, mientras la protagonista principal se adentra en ese mundo de manera irreversible.
En la sección competitiva "Cinema del Presente", que concederá el nuevo galardón León del Año, fue proyectada "L'amore imperfetto", dirigida por el joven italiano Giovanni Davide Maderna, con la presencia como protagonista de la actriz española Marta Belaustegui.
La película es una reflexión sobre la muerte, dado que se trata de una pareja que espera un niño con una grave malformación, situación dramática que se agrava con la investigación policial al hombre por su presunta participación en una violación.