SEVILLA.- El escritor español nacido en Cuba José Carlos Somoza ganó hoy el VI Premio de Novela Fernando Lara, que otorga la editorial Planeta, con su obra "Clara y la penumbra", presentada a este certamen con el título "La piel" y firmada con el seudónimo de Gustavo Quirós.
El galardón, que está dotado con veinte millones de pesetas (110 mil dólares), fue concedido en el transcurso de una cena celebrada en los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla, presidida por la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, a quien acompañó el presidente de la editorial, José Manuel Lara Bosch, y a la que asistieron más de medio millar de personas.
Somoza, que con "Clara y la penumbra" es autor ya de siete novelas, se plantea en esta obra de misterio "si el valor de la vida humana está por encima de otras consideraciones, como el arte, el poder o el dinero", un tema éste que "últimamente se ha hecho más importante y bastante más ominoso que antes", explicó el autor en la conferencia de prensa posterior al anuncio del fallo.
"La respuesta no la hallaréis en la novela, como es lógico, y la clave estará en quedarse con la que a cada uno más convenga, como siempre", advirtió Somoza, cuya novela estará en las librerías el próximo 6 de octubre.
El escritor, nacido en La Habana en 1959 pero residente en España desde su primer año de vida y casado con una española, sitúa su novela en el año 2006 y en el mundo artístico, que "tiene como característica extraña que todas las obras de arte mencionadas son seres humanos, personas que trabajan como cuadros, como adornos y que son compradas y vendidas como obras artísticas valiosas".
Se trata de una novela de la que Somoza se siente "muy orgulloso" y en la que el autor abandona la narración dentro de la narración, a que recurría en anteriores creaciones, para adentrarse "en una completamente ficticia -o eso parece- sobre el mundo del arte".
Gran parte de la obra, que "tiene muchos ingredientes y tópicos de la novela negra", se desarrolla en Viena, Munich y Amsterdam, "escenario final en el que convergen todos los misterios y aventuras y que me sugirió Rembrandt: ese claroscuro tan típico suyo está en el origen de la inspiración que tuve para la novela".
A Somoza el ser psiquiatra le ha servido, señala, "como soporte, como una herramienta útil para lo que debe ser un escritor, sobre todo, un observador".
Desde 1994 se dedica por completo a escribir y desde que iniciara en la literatura ha publicado "Planos", "Silencio de Blanca" (Premio Sonrisa Vertical 1996), "La ventana pintada" (Premio Café Gijón 1998), "Cartas a un asesino insignificante", "Miguel Will" (Premio Cervantes de Teatro 1997), "Dafne desvanecida", con la que quedó finalista del premio Nadal 2000 y "La caverna de las ideas", escrita ese mismo año.
Ha escrito también teatro y guiones radiofónicos y es un admirador incondicional del personaje de Sherlock Holmes, como demostró en la última novela citada.