TOKIO.- Venerado en Japón por sus dibujos animados ecologistas y filosóficos, como "Princesa Mononoke" o "Mi vecino Totoro", Hayao Miyazaki, prepara su nueva obra, que esta vez no será una película sino un museo del cine de animación.
Miyazaki, de 60 años, es el cineasta de más éxito en Japón y su prestigio en el mundo no se ha desmentido desde que en los años 70 adaptó "Heidi" para la televisión.
El Museo de Arte Ghibli abrirá sus puertas el 1 de octubre en Mitaka, al oeste de Tokio, no lejos de los estudios Ghibli, reino del maestro del dibujo animado.
Con sus colores pastel y su aspecto de tarta de cuento de hadas, el museo dirigido por Miyazaki trata de transmitir una visión optimista y leve, típica de la infancia, y enseñar al mismo tiempo al visitante lo que es el cine.
"Aquí se muestra un estudio de animación de los años 50. La industria del dibujo animado sólo estaba empezando. Contrariamente a lo que ocurre hoy, la gente vivía más despreocupada. Es por eso que la expresión de sus ojos es tan brillante", explicó Miyazaki a la AFP.
"Hay que hacer más fáciles y comprensibles para los niños los mecanismos del cine de animación. No quiero que piensen que basta con apretar un botón para tener una película hecha. Tienen que aprender que para que el agua hierva hay que calentarla", dijo.
"Japón era un país de artesanos, y ahora tenemos dificultades para encontrar buenos artesanos", contó el cineasta, evocando los problemas encontrados para realizar el proyecto del museo.
"La idea del museo no era poner en fila uno tras otro los trabajos de los estudios Ghibli. Lo que queremos es que el museo sea creativo y mostrar algo que pueda durar cien años", agregó el cineasta.
Una de las salas fue pues consagrada al proceso de creación de los dibujos animados. Otra, repleta de libros, de fotos de árboles y de edificios de grandes ciudades y de una multitud de objetos de todo tipo (bicicletas, mapamundis, maquetas de aviones, etc.) permite que el visitante se haga una idea de lo que es el contexto imaginativo de los realizadores.
Los visitantes, y en particular los niños, pueden familiarizarse también con los proyectores, los aparatos de montaje, lo que no impide paralelamente jugar con muñecos que reproducen los personajes de dibujos animados o admirar en una sala situada en el subsuelo uno de los dibujos animados de los estudios creados especialmente para el museo.
