TARRAGONA.- El enorme tapiz de lana, cáñamo y cuerda de 66 metros cuadrados que el pintor español Joan Miró diseñó para adornar el vestíbulo del World Trade Center de Nueva York no se reconstruirá, según uno de los artesanos que lo tejió en 1974.
El tapicero de Tarragona (noreste español) Josep Royo, que dedicó más de un año a tejer la obra, señaló a EFE que el "Gran Tapiz" de Miró, que se encuentra bajo los escombros de las Torres Gemelas, tiene un incalculable valor y se mostró "muy triste" y "afectado" por la pérdida de su primera gran obra al lado del "maestro Miró".
"No la vamos a reproducir, porque no sería como la primera vez", afirmó el maestro tapicero.
"Cuando alguien se enamora por primera vez todo es más bonito, se experimentan sensaciones nuevas y queda un dulce recuerdo. Eso es lo que me pasó a mí con el 'Gran Tapiz' y si lo hiciera de nuevo no sería lo mismo", admitió Royo.
La aventura del "Gran Tapiz", ahora perdido entre las ruinas de las Torres Gemelas, empezó en 1974 cuando el entonces propietario del Port Authority de Nueva York encargó a Miró un enorme mural para el vestíbulo del rascacielos más alto de la ciudad.
Miró diseñó un boceto de óleo sobre tela de 57,2 por 105,2 centímetros, actualmente guardado en el fondo de obras de la Fundación Miró de Barcelona, pero necesitaba la ayuda de un artesano profesional para construir una obra que finalmente alcanzó los 66 metros cuadrados (6 por 11 metros).
Josep Royo, el tapicero escogido por Miró, y cinco personas más dedicaron siete horas diarias durante un año a tejer el tapiz más grande jamás realizado por ambos artistas en el taller que Josep Royo tenía en Tarragona.
"Fue una gran aventura porque todo era nuevo, el estudio, el telar, los tejidos", rememoró Royo, quién también elaboró los otros cuatro ejemplares de arte trenzado que hizo Miró a lo largo de su vida.
El tapicero siguió las directrices del pintor español, pero recuerda que aportó muchas ideas, entre ellas, la decisión de dar relieve al tapiz con tejidos que pendían de él como si se tratase de una cabellera.
Tras permanecer dos meses expuesto en el Grand Palais de París, las cuatro toneladas de lana, cáñamo y cuerda del Gran Tapiz viajaron hasta las Torres Gemelas que tantas veces visitó Josep Royo: "Ver mi obra allí me hacía sentir como en casa", recuerda.
De los cuatro tapices que realizaron conjuntamente Miró y Royo uno está en el National Gallery of Art de Washington y los otros tres se encuentran en edificios de la región española de Cataluña.
El valor de todas estas obras de arte, en especial el del "Gran Tapiz", no se ha podido cuantificar, explicó Mercé Sabartés, responsable de la Fundación Miró, "porque nunca estuvieron en venta, siempre fueron encargos. Además su precio actual no tendría nada que ver con el que supuestamente costó en el momento de su realización", añadió.
Royo ya no podrá volver a ver ese "primer hijo" fruto de su relación profesional con Miró, todavía no entiende cómo, en un instante, unos "locos" han conseguido destruir algo que él creó con tanto entusiasmo y pasión.
Bajo las toneladas de escombros en que quedaron reducidas las Torres Gemelas el pasado día 11 tras los ataques terroristas que sufrieron se encuentran también obras de Alexander Calder o Roy Lochtenstein, entre otros artistas.