BUENOS AIRES.- El director de cine yugoslavo Emir Kusturica confesó en Buenos Aires que le da más placer hacer música que dirigir películas, aunque destacó que detestaría dar un concierto tras otro.
"Hacer música es para mí un placer mucho mayor (que hacer cine), pero no cuando se tienen 20 recitales uno atrás del otro", dijo el genial director en una conferencia de prensa en Buenos Aires.
El director de películas como "Underground", "Gato negro, gato blanco" y "Tiempo de gitanos" llegó a Argentina con su banda "The No Smoking Orchestra", en el marco de una gira que comenzó hace un mes y que concluirá con los recitales que dará en Venezuela dentro de unos 10 días.
Entre bromas e ironías, Kusturica respondió la noche del viernes preguntas sobre su vida como cineasta y como músico con un ritmo pausado, muy diferente al frenesí que caracteriza sus filmes.
"Un astrólogo me dijo que (...) si yo no hubiese hecho mis películas, hubiese terminado en un neuropsiquiátrico", expresó Kusturica. "Y es mucho mejor hacer una película o hacer música que terminar en un neuropsiquiátrico", agregó.
El realizador se mostró disconforme con las grandes superproducciones cinematográficas que sólo pretenden convocar una gran cantidad de espectadores.
"La herramienta que usa el cine para atraer la mayor cantidad posible de gente a las salas es gastar dinero. En vez de elegir temas humanitarios (...) invierte dinero y hace producciones superficiales", señaló. Sobre el costo de su nuevo filme, "Super 8 stories", cuyo estreno en Argentina coincide con la visita del director al país, señaló que "fue tan bajo que no sé cuánto fue".
Pero, pese ese a su pasión por el cine y el compromiso político que dejan ver sus películas, Kusturica relativizó el poder de la pantalla grande sobre la sociedad. "Lo que no tienen que esperar es que con el cine se produzcan cambios sociales o cambios drásticos en su vida", señaló.
Además de su trayectoria como director y músico, Kusturica también recordó su intervención en el cine como actor en una producción estadounidense. "Yo actué en películas porque no me alcanzaba el dinero", bromeó.
"Eso no quiere decir que yo esté pensando en el dinero toda mi vida. Lo que quiero decir es que de alguna manera a veces tengo que ganar dinero porque, como director, siempre pierdo", agregó. El cineasta habló, además, de su atracción por los gitanos que aparecen recurrentemente en sus filmes.
"Tuve un problema en Serbia porque la gente me preguntaba por qué hacía películas con gitanos. 'Los de afuera van a pensar que somos todos gitanos acá', me decían", contó. "Creo que los gitanos son los que alentaron la globalización del mundo de una manera muy humanizada. Esa es la razón de la pasión que yo siento por los gitanos", agregó.
Antes de poner fin a la rueda de prensa, el brillante realizador se refirió al filme que comenzará a rodar luego de su regreso a Belgrado que narra una historia de amor en los Balcanes en plena guerra. "Es una historia verdadera (...) Creo que esta película contiene la esencia de la guerra", dijo.
Al ritmo de los balcanes
La vida cinematográfica de Kusturica convivió todos estos años con la "No Smoking Orchestra". El origen de la banda liderada por Nele Karajilic se remonta a 1980, en Sarajevo, cuando se formó la "No Smoking Band", que se convirtió rápidamente en la expresión musical más significativa del "Nuevo Primitivismo", un movimiento de resistencia cultural creado en los años de transición de la Yugoslavia post-Tito.
Tras varios cambios en la escena política de los Balcanes, Karajilic compuso junto a un nuevo grupo, formado por músicos jóvenes, la banda de sonido del filme "Gato negro, Gato Blanco".
"Después de terminar de hacer la música para la película, nos dimos cuenta de que este tipo de música se podía tocar también fuera de la película. Y empezamos a preparar esta música para tocarla en vivo", dijo Karajilic, quien también participó de la conferencia. "Este es el tercer año de gira. Estamos muy contentos de venir a tocar a Buenos Aires: va a provocar mucho ruido y van a perder muchos kilos", agregó.
