SANTIAGO.- Chile y Perú son los países más afectados en América Latina por el comercio ilegal de obras literarias en ediciones "piratas", aseguró este lunes a la AFP el presidente de la Cámara Chilena del Libro, Alejandro Melo.
"Junto con Perú estamos liderando el tema de la piratería en América Latina", afirmó el representante de los editores chilenos, que estiman en 25 millones de dólares las pérdidas anuales de su actividad.
Si a las ediciones de libros se suman las copias clandestinas de discos compactos, cassettes musicales, programas de computación y películas en cintas de video, la cifra se aproxima a los 100 millones de dólares, según otras estimaciones.
Cientos de vendedores callejeros se instalan cada día en los paseos céntricos de Santiago, frente a las puertas del mismo Ministerio de Educación y a menos de dos cuadras de La Moneda, para ofrecer a los transeúntes las copias ilegales de obras del colombiano Gabriel García Márquez, el brasileño Paulo Coelho, la norteamericana Barbara Wood o la chilena Isabel Allende.
Melo acepta sin embargo que la guerra de los editores no puede apuntar a los comerciantes ambulantes, afectados muchos de ellos por el desempleo que sobrepasa el 10% de la fuerza laboral.
"Nosotros pensamos que tomar detenida a la gente que vende en la calle no es la mejor solución", precisó, al referirse al frecuente espectáculo de patrullas policiales que irrumpen a toda carrera en estos lugares y detienen a algunos vendedores, en medio de la reprobación de los transeúntes.
"Aquí hay verdaderas mafias montadas, que están operando en forma clandestina, sin ningún control, y están haciendo negocios excelentes en Santiago y otras ciudades del país", denunció el dirigente.
En el caso de la literatura, Melo advirtió que los productores de ediciones ilegales venden su producción no sólo a los comerciantes callejeros, sino "incluso a librerías establecidas".
"Vemos con alarma -agregó- que las pequeñas librerías no pueden competir con los piratas que se les instalan fuera de los negocios, sin que haya una actitud más enérgica de parte de la autoridad".
El tema resurgió en la discusión pública durante la XXI Feria Internacional del Libro de Santiago, que se clausuró el domingo, donde algunos expositores lamentaron una baja en sus ventas, en comparación con las ferias de años anteriores.
La Cámara Chilena del Libro, según anunció Melo, tratará de intensificar su lucha frontal para erradicar la "piratería", a través de un proyecto de ley que permanece en el Parlamento y acciones judiciales para sancionar a los distribuidores que constituyen "el origen" del problema.
"Es necesaria una acción más decidida y atacar los orígenes de esto", insistió.