PARIS.- El "beaujolais nouveau", vendimiado el pasado mes de septiembre y elaborado en octubre en las bodegas de la región de Lyon (sureste de Francia), comenzó a comercializarse hoy, tercer jueves del mes de noviembre, según una tradición que cumple ahora medio siglo.
Esta costumbre tiene su origen en una decisión gubernamental del 13 de noviembre de 1951 que permite la comercialización de "determinados vinos con denominación de origen" de uva vendimiada el mismo año antes de la fecha legal, que en Francia es el 15 de diciembre.
El éxito de este vino joven -o "de agujas"- no se queda sólo en Francia, pues la mitad de los 60 millones de botellas de la cosecha de 2001 estará destinada a la exportación.
Alemania, Japón y Estados Unidos son los mercados tradicionales en los que el "beaujolais nouveau" encuentra hueco para su gusto "afrutado", obtenido gracias a un cuidadoso y único proceso de producción, que incluye la inclusión de una levadura especial en el mosto.
La uva procede en su totalidad de un tipo particular de cepa, la gamay negra de mosto blanco, variedad propia de esta región en la que están 22.500 de las 36.000 hectáreas plantadas en el mundo.
El estricto proceso de elaboración se inicia con la vendimia, que tiene que hacerse obligatoriamente a mano, lo que implica que los 3.619 viticultores emplean, a principios del mes de septiembre, a 40.000 temporeros.
Los racimos son introducidos enteros en la cuba, lo que constituye la principal particularidad del "beaujolais nouveau".
El proceso de maceración es extraordinariamente corto, dura entre cuatro y cinco días como máximo, lo que permite que el vino se elabore con rapidez.
Un mes más tarde, la fermentación ha terminado, el vino se saca de la cuba, se filtra y está listo para ser embotellado y comercializado, no antes de la sagrada fecha: el tercer jueves de noviembre.
La elaboración del "beaujolais nouveau" está sujeta a un estricto control, aunque los viticultores tienen un margen de maniobra para darle un toque personal a sus caldos: algunos seleccionan los racimos antes de introducirlos en la cuba, otros introducen ligeras modificaciones en el proceso de vinificación.
El año pasado, los productores de este vino joven facturaron 97 millones de euros, gracias a la venta de 450.000 hectolitros, la mayoría en Francia (35 millones de botellas), pero también en Alemania (9,3 millones), Japón (6,3), Estados Unidos (3,2), Holanda (2), Suiza (1,2) y otros países.
En los últimos años, los viticultores de la región han lanzado una campaña de conquista de los mercados asiáticos: Bangkok será esta temporada la capital de acogida del "beaujolais nouvau", en lugar de Seúl, que lo fue en 2000.