LONDRES.- El Príncipe Eduardo de Inglaterra y su esposa Sophie han cedido a las múltiples presiones y, tras un año de catastrófica publicidad negativa, abandonarán sus empleos y se concentrarán en tareas relacionadas con la monarquía y las causas benéficas, asegura hoy el "Sunday Telegraph".
Sin embargo, esta decisión no parece tener nada que ver con el incidente que sufrió la semana pasada la condesa de Wessex, quien el jueves tuvo que ser operada de urgencia por un embarazo extrauterino.
El conservador rotativo, que tiene buenos contactos en los círculos reales, basa su información en declaraciones de amigos de la pareja.
Fuentes oficiales de la Casa Real contaron al "Telegraph" que el Palacio de Buckingham había animado, pero no presionado, a la pareja para que tomara esta decisión, que se produce sólo cinco meses después de que la Reina Isabel II introdujera una nueva guía de conducta relativa a la combinación de las tareas oficiales de los miembros de la familia real con sus propios empleos.
A comienzos de este año, la nuera de la Reina Isabel II ocupó titulares en la prensa por unos comentarios poco afortunados sobre miembros de la familia real y líderes políticos británicos.
Un periodista se hizo pasar por jeque y se presentó como posible cliente de su agencia de relaciones públicas para conseguir que hiciera estas declaraciones.
Más adelante, el Príncipe Eduardo desató la furia de su hermano Carlos porque un equipo de su productora televisiva filmó al Príncipe Guillermo en el inicio de sus estudios en Escocia. Desde entonces, la relación entre los hermanos es muy tensa.
De acuerdo con las informaciones, la Reina habría ofrecido a su hijo menor y a su esposa una sustanciosa ayuda financiera para que puedan seguir viviendo en su residencia de Bagshot Park, en Surrey.
El "Telegraph" explica que aunque algunos de los miembros de la familia real acuden a cientos de actos oficiales cada año -en el 2001 la lista la ha encabezado la Princesa Ana, con 677 citas oficiales- la demanda del público por sus monarcas no puede ser cubierta del todo.
"Los Wessex ha demostrado ser buenos en las tareas reales y existe la intención de que acudan a más aún. No les sobrará tiempo", aseguró un miembro de la Casa Real al periódico.
Entre tanto, Sophie, de 36 años, continúa ingresada en el Hospital King Edward VII, en el centro de Londres aunque, tres días después de su operación por un embarazo extrauterino, se está preparando ya para que le den el alta.
El jueves, la esposa de Eduardo tuvo que ser trasladada en helicóptero a dicho hospital, donde se la operó de urgencia.
En un embarazo extrauterino, el óvulo fecundado no se aloja en el útero sino en una trompa de Falopio. Al reventar ésta, se produce una fuerte hemorragia y la trompa debe ser eliminada. De todas maneras, la persona operada puede seguir quedándose embarazada.
Los tabloides británicos se preguntaban hoy por qué ningún miembro de la Casa Real ha acudido aún al hospital a visitar a Sophie. Eduardo se limitó a contestar que no tenía conocimiento de que nadie de su familia hubiera visitado aún a su esposa: "No, que yo sepa. Pero también es fin de semana, y todos están fuera", agregó.