ROMA.- Un lienzo de reducidas dimensiones atribuido al pintor español Francisco de Goya y propiedad de un anticuario italiano fue robado en los locales de una sala de exposiciones en Turín (norte), informó hoy la policía.
El cuadro "El conde Ugolino" (27,5 x 20,5 cms) fue sustraído por uno de los visitantes a la muestra, que tras romper la cadena metálica que lo sujetaba y descolgarlo de la pared se mezcló entre el numeroso público y se dio a la fuga sin que el servicio de vigilancia tuviera tiempo para intervenir.
Según la reconstrucción de los hechos, el ladrón contaba con cómplices que lo esperaban junto a la entrada del local y con los que huyó en un vehículo a gran velocidad.
El robo se produjo ayer, jornada de clausura de la exposición "De Rubens a Goya, 30 obras de la pintura europea", organizada por la sociedad Eis-Arte en una céntrica galería turinesa y que incluía obras de Tintoretto, Ribero y Cavadoni, entre otros artistas.
Según informó el responsable de Eis-Arte, Mario Rossi, el lienzo robado está asegurado en más de 500.000 dólares y en su opinión es "invendible" en el mercado clandestino del arte al tratarse de una obra catalogada y conocida.
La policía señaló hoy que la muestra no contaba con las adecuadas medidas de seguridad y que ya habían advertido de ello a los responsables del evento.
El cuadro "El conde Ugolino", que se exponía al público por vez primera, fue comprado por un anticuario de Turín hace dos años a otro de Bolonia (norte) por 500.000 liras (unos 250 dólares), y tras ser examinado por diversos expertos, fue atribuido a Goya.
Sin embargo la dirección italiana del Patrimonio artístico no había recibido notificación de la existencia de la obra, por lo que no se había manifestado sobre su autenticidad.
El motivo que inspiró a Goya fue la leyenda del canibalismo del conde Ugolino, un noble que vivió en el siglo XIII y que, víctima de la guerra entre gúelfos y gibelinos, fue recluido en la cárcel de Pisa con sus dos hijos y dos nietos, con la pena de morir de hambre.
Según una tradición que recogió Dante en "La divina comedia", el conde, en su desesperación, se vio obligado a alimentarse con la carne de sus descendientes.
