MADRID.- La policía española detuvo el fin de semana pasado a seis personas acusadas del robo de una veintena de obras de arte de gran valor propiedad de la multimillonaria española Esther Koplowitz, informa el diario "El Mundo" en su edición de hoy.
Las detenciones se produjeron, según esta información, tras los registros de varios pisos y locales en Madrid en los que no se encontró ninguna de las piezas, sustraídas de la vivienda de una de las empresarias más ricas de España el pasado mes de agosto.
Fuentes policiales citadas por "El Mundo" aseguraron que las obras, entre las que hay 14 cuadros de autores como Goya, Sorolla, Pisarro o Brueghel, salieron de España y están en Dinamarca, y expresaron su confianza en que se podrá concretar su paradero exacto.
En los registros realizados, se encontró numerosa documentación, disquetes y archivos informáticos, lo que hace albergar esperanzas de poder recuperar una colección de valor incalculable.
Según los expertos, varios cuadros podrían valer más de 50 millones de dólares: es el caso de dos lienzos de Francisco de Goya ("La caída del burro" y "El columpio"), uno de Juan Gris ("Guitarra sobre una silla"), y uno de Camille Pisarro ("Paisage á Eragny").
De alto valor son también un lienzo de Isidro Nonell, dos del japonés Leonard Foujita ("La casita de muñecas" y "Niña con sombrero"), uno de Pierre Brueghel ("Las tentaciones de San Antonio") y uno de Joaquín Sorolla ("Al baño, Valencia").
También fueron sustraídos una pintura de José Gutiérrez-Solana ("Máscaras de carnaval"), uno de Francisco Pradilla ("Porto D'Anzio") y uno de Hermen Anglada-Camarasa ("Bodegón de Flores").
Todos ellos fueron sacados de la casa de la multimillonaria española por tres hombres que burlaron las alarmas del domicilio tras golpear e inmovilizar a un vigilante que, según se piensa ahora, era cómplice de los ladrones.
La operación fue rápida y no despertó sospechas, gracias en parte a que el robo se produjo de madrugada en época de vacaciones y poca gente pudo ver cómo los cuadros eran trasladados a una furgoneta.
El trabajo fue fácil porque las telas estaban envueltas para que no resultaran dañadas durante las obras de reforma que se realizaban en la casa y los ladrones incluso decidieron no llevarse otros lienzos importantes, como una colección de tablas de la conquista de México, una obra de Juan Mir y trabajos de artistas impresionistas.
