RIO DE JANEIRO.- Una escuela de samba que no acepta mujeres desnudas y la decisión de la Iglesia Católica de impedir el uso de imágenes religiosas en el Sambódromo, han abierto el capítulo de las polémicas en el Carnaval carioca de 2002.
El Carnaval de Río de Janeiro está apenas calentando sus baterías, pero se prepara para tomar las calles a partir del próximo fin de semana, quince días antes de que las escuelas de samba regresen a su cita anual en el Sambódromo para el gozo de la mayor fiesta popular brasileña.
En los galpones en que las escuelas preparan sus carrozas y en los talleres de las costureras que confeccionan los disfraces se trabaja a todo vapor a falta de dos semanas para el Carnaval, pero en medio de la presión por tener todo listo a tiempo comienzan a aparecer las polémicas.
Una de las discusiones que circula por las trastiendas del Carnaval carioca envuelve a la escuela de samba de Mangueira, una de las más tradicionales de Río de Janeiro, que se ha negado a que una mulata que es el símbolo carnavalesco de la televisión desfile con sus colores, pero completamente desnuda.
Valeria Valenssa, de 32 años y piel canela, encarna desde 1990 en sus 1,69 metros de altura a "Globeleza", personaje que es el emblema carnavalesco del canal de televisión Globo, el de mayor audiencia en el país y que tiene los derechos de transmisión de la fiesta del Sambódromo, tradicional escenario de los desfiles.
"Globeleza" acostumbra a desfilar completamente desnuda, con su cuerpo cubierto apenas por pinturas de mil colores y adornos de plumas, y siempre lo hace con escuelas diferentes. El año pasado, no sólo causó sensación por ella misma, sino también por dos hermanas que la acompañaron igualmente desnudas.
Este año, Valeria quiso desfilar con Mangueira, pero su deseo ha chocado con el apego a las tradiciones de una de las más antiguas de las escuelas de samba, fundada en 1928.
El desnudo total, que ha ganado terreno en el Sambódromo en los últimos años, no tiene lugar en Mangueira, aunque actualmente sea la imagen más conocida del Carnaval carioca en el mundo.
"Disfrazada, sí, pero desnuda, de ninguna manera", dijo Alvaro Luiz Caetano, presidente de Mangueira, quien explicó que en su escuela se intenta "respetar las tradiciones" y se trata de no apelar a "golpes de efecto", como los desnudos totales, para brillar en el Carnaval.
Valeria Valenssa dijo que tratándose de Mangueira aceptaría hasta cubrir su cuerpo, pero ahora se ha vuelto atrás y parece decidida a aceptar la invitación de otra escuela, de menos abolengo carnavalesco, pero mucho más liberal.
Mientras Mangueira y "Globeleza" intentan resolver sus problemas, la Iglesia Católica se ha movilizado para impedir que imágenes religiosas sean incluidas en la más pagana de las fiestas.
Abogados de la Archidiócesis de Río de Janeiro visitaron esta semana los galpones de la escuela de Beija-Flor, en los que enormes imágenes de San Jorge y Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil, estaban ya montados sobre carrozas y listos para el desfile.
Aunque la escuela de Beija-Flor está acostumbrada a enzarzarse en discusiones con la Iglesia, este año ha tirado la toalla y decidió que apelará a las religiones afrobrasileñas para zanjar la polémica.
La escuela de samba anunció que dejará de lado a la Virgen y a San Jorge y les reemplazará por imágenes de Oxum y Ongú, sus equivalentes en la religión del candomblé.
A diferencia de otros años, la Archidiócesis admitió que no ha tenido problemas en llegar a un acuerdo con Beija-Flor.
En 1989, la Iglesia logró que se prohibiera a Beija-Flor usar una imagen del Cristo Redentor vestido de mendigo. Por ello, la escuela decidió usar la imagen, pero cubierta con un enorme plástico negro y una leyenda que decía "aún prohibido, velas por nosotros".