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Secretaria de Marlene Dietrich revela datos de sus últimos años

El severo alcoholismo de la diva alemana la dejó inválida y postrada por más de una década en la misma cama, donde pasó sus últimos años. Estas son algunas de las terribles revelaciones de su secretaria personal, Norma Bosquet, que fueron realizadas al semanario alemán Bünte.

31 de Enero de 2002 | 17:54 | ANSA
BERLIN.- Marlene Dietrich, la mítica actriz alemana que se hizo famosa por sus piernas murió inválida, en la cama donde pasó los últimos doce años de su vida, según reveló su secretaria privada, , en una entrevista al semanario alemán Bünte.

Sus extraordinarias piernas, que provocaban suspiros de hombres y mujeres, no sólo perdieron su belleza juvenil sino que no pudieron mantenerla en pie, a causa de fracturas reiteradas, debidas a caídas provocadas por su adicción al alcoholismo.

Tales revelaciones se hicieron públicas hace un mes, en ocasión del centenario del nacimiento de la actriz, pero Bünte publicó en estos días una serie de detalles hasta ahora desconocidos.

La antigua secretaria de Dietrich se despachó con algunos detalles y curiosidades de la vida amorosa de la diva, quien hizo todo lo posible, en vida, por mantener una rigurosa privacidad.

En los últimos años de su vida, Marlene hablaba poco de los hombres y cuando lo hacía era sólo para referirse a Jean Gabin, "su gran amor", que la trataba peor que nadie e incluso le pegaba.

"Lo amaba hasta la locura y lo odiaba al mismo tiempo", dijo Bosquet en la entrevista a la revista alemana. Contó también que una vez la actriz se encaprichó con Raf Vallone, pero él no quiso saber nada.

"Para seducirlo se metió en el mismo ascensor e intentó un acercamiento, pero él se resistió porque acababa de ser padre de la pequeña Eleonora"- dice la ex-secretaria.

Años más tarde, cuando la crecida Eleonora posó desnuda para Playboy, Marlene fue feliz: "Raf hizo un error, su hija no era ese ángel que quería proteger", dijo Bosquet.

Marlene se fracturó las piernas tres veces: una vez en Australia, la otra en Washington - en ambas ocasiones se cayó del escenario - y la última en su casa de la Avenue Montaigne, en París, a los 78 años. Esta última vez no pudo ser operada a causa de las consecuencias del alcoholismo, que había minado completamente su salud.

Fue entonces, a causa de los fuertes dolores, cuando decidió que ya no podía más y decidió pasar los últimos años de su vida en la cama.
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