Amsterdam.- Los festejos previos al enlace entre el príncipe Guillermo de Holanda y la argentina Máxima Zorreguieta, concluyeron hoy viernes con una gran fiesta popular en el Estadio de fútbol del Ajax, a la que asistieron cerca de 50.000 invitados.
A las siete de la tarde comenzó el último de esos festejos en el Arena, donde juega el equipo de Amsterdam, con un variado programa musical que incluyó actuaciones del Ballet Nacional, fanfarrias procedentes de las 12 provincias holandesas e intervenciones de los más populares representantes del pop nacional.
Los invitados, que fueron transportados al estadio en 630 autobuses y cuatro trenes, representaban a todos los ayuntamientos de Holanda y un nutrido grupo de ciudadanos escogidos entre los voluntarios que prestan servicios en organizaciones no gubernamentales.
Al término de la fiesta, la pareja real, acompañada sólo por los príncipes y las princesas más jóvenes tenía previsto recibir una escultura realizada por un artista holandés, regalo comprado con el dinero que el pueblo holandés ha donado con motivo de la boda. El resto del dinero recaudado se destinara a un fondo para promover las actividades culturales multiculturales. La víspera de la ceremonia de matrimonio la pareja recibió otro regalo: un concierto ofrecido por la prestigiosa Orquesta del Concertgebouw.
Reyes, príncipes, infantas y herederos provenientes de todo el mundo abandonaron sus hoteles hacia el mediodía para dirigirse a la sala de conciertos, donde pudieron también disfrutar de un almuerzo previo.
Los miembros de la familia real española que asistirán a la ceremonia -la reina Sofía, el príncipe Felipe y los Duques de Palma, doña Cristina y su esposo Iñaki Urdangarín- se alojan en el hotel Amstel, uno de los dos que ha alquilado en su totalidad la Casa Real holandesa para albergar a sus huéspedes extranjeros.
Al concierto de hoy acudieron, transportados en autobús, los ilustres huéspedes, que rindieron una cerrada ovación a Máxima y a Guillermo cuando se sentaron en el palco junto a la reina Beatriz.
Apenas pudieron notar los invitados la manifestación silenciosa que se celebró a pocos metros de la entrada de la sala de conciertos, donde un grupo de personas portaba pancartas con textos de protesta contra la monarquía y reclamando menos fiestas y más solidaridad con Argentina, país de origen de la novia.
Los novios abandonaron con rapidez a sus invitados poco después de concluir el concierto, en el que se deleitaron con las notas de Romeo y Julieta, para asistir posteriormente al último ensayo general en la iglesia.
Allí apareció el esposo de la reina, el príncipe Claus, al que no se pudo ver hasta ahora en ninguno de los actos organizados, dada la fragilidad de su estado físico. Sin embargo, los servicios de información de la Casa Real han confirmado que mañana el marido de la reina Beatriz estará presente en toda la ceremonia.
Durante la jornada la policía de Amsterdam, que mantiene medidas de extrema seguridad, detuvo a dos personas en el centro de la ciudad pero ambos fueron puestos en libertad al final de la tarde, según la agencia holandesa ANP, que citó fuentes policiales. Uno de los detenidos es un uruguayo que se situó delante del palacio del Dam con fotografías de víctimas de la dictadura argentina.
Está previsto que los holandeses sigan masivamente el desarrollo de la boda, que se celebra el sábado ya que, según explicó el alcalde de Amsterdam, Job Cohen, en una recepción de bienvenida que dio a los más de 1.200 periodistas que cubren el acontecimiento, se espera cerca de nueve millones de espectadores holandeses sigan la ceremonia por televisión.
De cumplirse estas expectativas, el número de espectadores sería el más alto jamás alcanzado por un acontecimiento en Holanda, un país que tiene 15,7 millones de habitantes.