Madrid.- Plácido Domingo acaba de grabar "Quiéreme mucho", disco donde vuelve a alejarse de su repertorio tradicional -ópera y zarzuela- para recalar de nuevo en las canciones populares, aquellas con las que dice haber crecido, en su infancia mexicana, y que le suponen una mayor dificultad interpretativa.
Recién llegado de París, Domingo hizo una visita relámpago a Madrid para presentar "Quiéreme mucho" y explicar el porqué le da mayor satisfacción alcanzar el éxito con un disco de canciones populares que con otro de repertorio clásico.
"La gente no acostumbra a cantar ópera, ni romanzas, pero las canciones populares cada uno las canta a su manera. Luego me oye a mí y se dice !yo no lo canto así!. En el mundo de la ópera tengo un público fiel, pero en las canciones populares la competencia es más dura", señala el tenor.
Y afirma que, de los once Grammys que posee, los que mayor satisfacción le han producido son los dos conseguidos por su grabación de canciones del maestro Lecuona y por el disco "100 años de Mariachi".
Fue precisamente a raíz de la grabación de "100 años de Mariachi" cuando surgió la idea de "Quiéreme mucho", donde Domingo interpreta boleros de siempre como "Tú me acostumbraste" o "Contigo en la distancia", o de última generación como "Señora", de Pancho Céspedes, además de rancheras y otros temas procedentes de Cuba, México, Puerto Rico y República Dominicana.
Plácido Domingo nació en Madrid y a los ocho años se fue a vivir a México. Las canciones de "Quiéreme mucho", al igual que las que configuraban sus otros dos discos de repertorio popular, son, dice, las canciones con las que creció, cuando había dos grandes intérpretes, Jorge Negrete y Pedro Infante.
"Yo empecé cantando esas canciones, y me dijeron que podía hacer cine e interpretar esos temas, pero lo dejé porque se cruzó la ópera. Si no, hubiese seguido", explica Plácido Domingo.
Las grabaciones de Domingo deben ajustarse siempre a su agenda, por eso, aclara, no ha querido aprovecharse del tirón que vive la música latina. Un tirón que él reconoce y que, dice, se corresponde con grandes intérpretes como Luis Miguel, "una voz extraordinaria que conozco desde que era casi un niño", Pancho Céspedes, "un intérprete con un estilo propio y esa voz rota", o Gloria Stefan, "que ha dado cuenta de la fuerza del mercado latino".
Además de jóvenes como Ricky Martin o Enrique Iglesias. "Son intérpretes con gran fuerza entre esa masa arrolladora de jóvenes que compra sus discos. Y aquel artista que vende es que algo tiene, no creo que sea producto de la promoción, con eso se vende un disco, no más", asegura.
Si difícil le resulta a Domingo grabar, más lo es que realice una gira centrada en este disco, aunque no descarta incluir en su repertorio estos temas.
"La gente -dice- cuando viene a verme espera que cante ópera y luego yo le añado algún tema popular. No me he atrevido a cantar en directo este repertorio, pero indiscutiblemente lo haré".
Y afirma que cuando canta canciones populares lo hace de una forma totalmente distinta al repertorio clásico: ’’Tienen otro sabor. Un bolero, un fado o un tango pueden ser mini óperas, tienes que desarrollar una historia en pocos minutos y convencer al público. Necesitas más que la voz, necesitas que llegue la palabra, el sentimiento’’.